Dos escuelas sufrieron robos y actos de vandalismo en menos de 72 horas
La Escuela Nº 7 San Francisco de Asís y la Escuela de Pozo el Mistol han sido víctimas de estos hechos delictivos
Las actividades educativas en dos establecimientos de Valle Viejo han sido gravemente afectadas debido a la ola de robos y actos de vandalismo. La Escuela Nº 7 San Francisco de Asís y la Escuela de Pozo el Mistol han sido víctimas de estos hechos delictivos, que en menos de 72 horas han alterado el funcionamiento normal de sus actividades áulicas.
En la Escuela Nº 7 San Francisco de Asís, los delincuentes ingresaron en dos ocasiones consecutivas, causando destrozos y robando elementos esenciales, lo que ha impedido el normal desarrollo de las clases. La inseguridad ha generado preocupación entre el personal docente y las autoridades educativas, quienes exigen medidas más contundentes para proteger a la institución.
Por su parte, en la Escuela de Pozo el Mistol, los malhechores robaron más de 220 metros de cableado de las aulas y dañaron los sanitarios, lo que ha dejado sin energía eléctrica a varias áreas del establecimiento. A pesar de que todas las aulas y los baños han sido equipados con rejas en las puertas para aumentar la seguridad, los delincuentes lograron forzarlas con barretas, demostrando la ineficacia de las medidas de protección adoptadas hasta el momento.
La vicedirectora de la Escuela de Pozo el Mistol Maria Alejandra Cruz expresó su profunda preocupación, señalando que este es el sexto robo en lo que va del año. Debido a estos reiterados ataques, las actividades escolares han tenido que ser reorganizadas, reubicando las clases en sectores del establecimiento que aún cuentan con suministro eléctrico.
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Además, las autoridades escolares de Pozo el Mistol han manifestado su intención de adherirse a la iniciativa de la Escuela José Cubas, que ya cuenta con el monitoreo del SAE 9-11 y una mayor presencia policial en la zona, con el fin de prevenir futuros delitos.
La situación ha generado gran inquietud entre los docentes y la comunidad educativa, que piden una respuesta urgente por parte de las autoridades para frenar los ataques a las escuelas de la región y garantizar la seguridad de los estudiantes y el personal.