Estos procesos contrastan con la "mono-construcción", un enfoque tradicional donde los expertos diseñan políticas sin participación comunitaria. La Red Achalay se presenta como un ejemplo de gestión participativa entre organizaciones y gobierno.
En julio del 2002 la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho incorpora un espacio destinado a los Programas Sociales, a los Clubes del Trueque (Red Prosumidores Catamarca), y actividades históricamente marginadas. Con el tiempo se gesta la “Carpa Achalay Poncho para Todos”. El artículo narra los devenires de la organización popular que sostenía y sostiene esta carpa, cuya disputa central es por el acceso al principal espacio de comercialización y visibilización social en Catamarca. Esto significa además la legitimación del trabajo socioeconómico y de los ingresos de sectores históricamente excluidos en la escena central de la sociedad y la economía catamarqueña.
Nacimiento (2006-2009)
La Red Achalay comenzó con la iniciativa de Liliana Méndez, directora provincial de Desarrollo Local en 2005. En 2006, en el marco de lo que después sería la “Concertación Plural” (acuerdos entre el Radicalismo y el Frente para la Victoria), el gobierno de la provincia de Catamarca articula programas sociales con el Ministerio de Desarrollo Social de Nación. Se desarrollaron proyectos integrales y se creó la Unidad Evaluadora de Proyecto (UEP). La Carpa Achalay nace de uno de esos proyectos. Tres grupos sociales son los que participan activamente en este proyecto: emprendedores organizados, no organizados, y organizaciones de apoyo.
Desde su inicio, Achalay se organizó de manera participativa, estableciendo un Reglamento Interno y una modalidad de Certificación Participativa para asegurar la autenticidad de los productos. Los objetivos de la Carpa Achalay se adaptaron anualmente a las condiciones económicas, políticas y culturales, pero siempre orientados a crear un espacio de cooperación productiva dentro de la Economía Social y Solidaria.
En este período las modalidades de participación que primaron fueron “las asambleas”, donde se discutía y se decidía prácticamente todo. Paralelamente funcionaba la “Mesa Técnica de Apoyo” donde se reunían las y los representantes de las instituciones de apoyo para acordar y planificar las asambleas y el trabajo en comisiones. Además, desde el segundo año (2008), se incorpora el espacio del “Patio Matero” que le da participación activa al público que visita la carpa.
Consolidación (2009-2011)
Durante este período, Achalay enfrentó desafíos como la ruptura de alianzas entre el gobierno nacional y el gobierno provincial. En 2010, Achalay fue reconocida oficialmente como el espacio de Economía Social en la Fiesta del Poncho y, en 2011, fue declarada de Interés Parlamentario por la Cámara de Diputados de Catamarca. El crecimiento fue notable, con más de 40 organizaciones y más de 200 expositores, beneficiando a más de 600 familias.
Hacia 2011 la estructura organizativa de la Carpa Achalay estaba conformada por una Comisión Organizadora (de organizaciones de base), una Mesa de Apoyo a la Economía Social de Catamarca(con voz, pero sin voto en las decisiones, brinda apoyo técnico yformación), una Mesa Grande (reunión semanal de la Comisión Organizadora y la Mesa de Apoyo para dictar la reglamentación general) y una Asamblea de Feriantes.
La Arena Política (2012-2015)
El gobierno provincial entrante revirtió la política de apoyo a la economía popular, implementando un modelo de intervención desde el nivel central hacia abajo(política “top-down”), sin reconocer la relevancia de las experiencias previas.
Entre 2012 y 2013, la participación en Achalay disminuyó debido a la retirada del apoyo estatal y la falta de coordinación en los espacios organizativos. El gobierno provincial promovió una nueva organización, “Achalay Patio Matero”, que se enfocó más en la gestión de puestos en ferias que en la co-construcción de políticas públicas. Este cambio condujo a la aparición de conflictos internos y a una "mal-politización" de la red, caracterizada por luchas de poder y la disgregación de sus componentes.
Epígenesis (2015-2019)
Entre 2015 y 2019, con cambios en el Ministerio de Desarrollo Social y un renovado vínculo con el gobierno nacional, Achalay experimentó un renacimiento. La colaboración en el "V Foro Local de Economía Social de Catamarca" revitalizó la red y consolidó su posición como movimiento de economía social y solidaria. Desde 2019, la red adoptó el nombre "Achalay Red de Organizaciones de la Economía Social y Solidaria", reafirmando su identidad y objetivos.
Conclusiones: Una Experiencia de Co-Construcción y Co-Producción en Economía Social y Solidaria en Catamarca
En Catamarca, entre 2006 y 2011, se vivió una experiencia significativa de co-construcción y co-producción democrática en políticas de Economía Social y Solidaria, caracterizada por varias dimensiones clave:
1. Coalición de voluntades: Se formó una verdadera coalición entre partidos políticos opuestos y una red de organizaciones de base, ONGs y universidades, con un enfoque en el mutuo reconocimiento y el bien común.
2. Diálogo y participación: Se promovió un programa de diálogo entre Estado, comunidad y mercado, centrándose en la creación de normativas participativas, desde ordenanzas municipales hasta un proyecto de ley provincial de Economía Social y Solidaria.
3. Financiamiento plural: La financiación fue diversa, basada en vínculos de reciprocidad y evitando el clientelismo, con aportes de Estado y organizaciones, complementados por contribuciones de los mismos feriantes.
4. Toma de decisiones democrática: Se estableció una estructura democrática para la toma de decisiones, con responsabilidades compartidas entre la Comisión Organizadora, la Mesa de Apoyo, la Mesa Grande y la Asamblea de Feriantes.
5. Responsabilidades compartidas: Tanto en la Feria del Poncho como en otros eventos y servicios, las responsabilidades fueron compartidas entre organizaciones y el Estado, no solo gestionadas por oficinas gubernamentales.
6. Evaluación compartida: Los proyectos eran evaluados conjuntamente en la Mesa Grande, con participación de todos los actores involucrados.
La relevancia de este artículo es el enfoquedel autor en los procesos de co-construcción de políticas públicas desde una perspectiva situada y comprometida, proporcionando un modelo de cómo las políticas públicas pueden ser formuladas y ejecutadas en colaboración estrecha con las comunidades. Además, ofrece un análisis profundo sobre los desafíos y obstáculos enfrentados en la consolidación de la economía social y solidaria en la provincia.
(*) Erica Loritz es socióloga y Mg. En Economía Social (UNGS). Es docente de nivel superior, miembro asociado a la Red Universitaria de Economía Social Solidaria (RUESS) y a la Red de Investigadores Latinoamericanos de Economía Social y Solidaria (RILESS). Ha publicado libros de la materia, el último: “Economía Popular, Entre la emergencia y la estrategia”, junto al profesor José Luis Coraggio.