jueves 11 de septiembre de 2025
Cara y Cruz

Poder siamés: Karina es Milei

Los cuestionamientos al diseño que fracasó en la Provincia de Buenos Aires se ajustan al salvajismo retórico típico de los libertarios sin tocar a Karina Milei, “El Jefe”, secretaria general de la Presidencia, titular de La Libertad Avanza y estratega electoral ungida por su hermano Javier. Comprensible prudencia de los críticos, se dirá, pero el asunto es más profundo.

La simbiosis entre los dos hermanos es de tal intensidad que conviene considerarlos como una misma persona, como una unidad indivisible.

Karina no es la “hermanísima” de Milei, ni su secretaria, ni su indispensable lazarillo emocional: Karina “es” Milei, a un punto de identificación que es impensable prescindir de ella sin prescindir de él. Es mucho más que un “alter ego”.

Aceptar esta característica contribuye a comprender la invulnerabilidad de los primos “Lule” y Martín Menem.

Javier y Karina Milei constituyen un ente institucional único e indivisible. Atacar a Karina equivale a atacar a Javier Javier y Karina Milei constituyen un ente institucional único e indivisible. Atacar a Karina equivale a atacar a Javier

No se trata de que el desplazamiento de los Menem implique dejar a Karina como único fusible del Gobierno antes del Presidente. Si Karina “es” Milei, la salida de los Menem despojaría de todo blindaje no a Javier, sino a la Presidencia. Que resulta ser, para orgullo de la originalidad argentina, siamesa.

De tal modo, atacar a Karina es lo mismo que atacar a Milei, no por el profundo amor que ambos hermanos se profesan, sino porque ambos conforman una única entidad institucional: la Presidencia.

Gran problema de los “trolls” desairados con las candidaturas, que el sagaz “influencer” peronista Tomás Rebord le planteó a Daniel “Gordo Dan” Parisini, “influencer” estrella de La Libertad Avanza.

“Lule Menem y Pareja, si tienen huevos, deberían dejar de usar de escudo humano a Karina Milei y dar un paso al costado en honor a la Sagrada Causa de la Libertad que lleva adelante el presidente Javier Milei. Por los 47 millones de argentinos y por el futuro de los que aún no nacieron", tuiteó Parisini.

Rebord le respondió en el mismo tuit: “Tirale a Karina, papá, no seas cagón ¿Qué pasa? ¿Te retan si decís lo que pensás?".

Cuánta malevolencia, Rebord. Aprovecharse así de las limitaciones tácticas de su antagonista.

No es que vayan a retarlo. “Dan” es consciente de que, como Karina “es” Milei, “Lule”, Martín y Pareja no la usan de “escudo humano” a ella, sino al propio Milei, o a ambos.

Flor de escudo. El carácter siamés del poder argentino impide tomar la medida que parece más lógica para tratar de oxigenar al Gobierno escorado por la demoledora derrota bonaerense: correr aunque fuera formalmente del centro de toma de decisiones a Karina. Semejante decisión equivaldría a la renuncia.

El mensaje del “Gordo Dan”, que responde al asesor Santiago Caputo, está dirigido en realidad al ente “Javier-Karina”. Es un pedido casi desesperado para que el poder siamés cambie de entorno, el “triángulo de hierro” se restaure y retornen aquellos buenos viejos tiempos previos al escándalo de LIBRA.

La respuesta: Milei, que es Karina, encabeza la mesa política para coordinar la campaña nacional, en la que está Caputo, pero también Martín Menem.

La esperanza es lo último que se pierde, pero es nítida la correlación entre las desavenencias en el equipo libertario y las sospechas de corrupción.

Después del polémico tuit de Milei “difundiendo” LIBRA, vinieron las sugestivas maletas introducidas por avión sin control aduanero, el siniestro fentanilo contaminado, los audios delatores de Diego Spagnuolo… En todos los casos se conjeturaron “carpetazos” de la reyerta intestina.n

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