jueves 14 de marzo de 2024
Cara y Cruz

El valor de la militancia

Entre Luana Volnovich, su novio Martín Rodríguez, su hermano Guido y su ex pareja, Jorge Romero, el PAMI le representó al Estado nacional un gasto salarial conjunto cercano a los $2.000.000 mensuales. El clan Volnovich es uno de los largos brazos que tiene la agrupación La Cámpora, creada y conducida por Máximo Kirchner, en las arcas del presupuesto nacional.

Lo que reavivó la interna oficialista y la polémica general sobre lo que la agrupación kirchnerista dice que es y lo que verdaderamente hace fue el viaje romántico de los dos jefes de la obra social de los jubilados a Holbox, una paradisíaca isla ubicada en la península de Yucatán, en pleno Caribe mexicano, a contrapelo del pedido del presidente Alberto Fernández a sus funcionarios para que tomaran sus vacaciones entre los límites del país.

De acuerdo con datos dados a conocer por el sitio Real Politik, tomados del sistema previsional, Luana Volnovich percibió en octubre $ 562.350, el sueldo más alto de la cúpula de PAMI. A valor “blue” estimado en $ 209, su sueldo alcanza los USD 2.700 por mes. Mientras que su pareja, Jorge Martín Rodríguez Alberti, subdirector ejecutivo de PAMI, cobra $ 491.880 por mes, unos USD 2.353 a valor libre.

Según indican las plataformas digitales de turismo, una estadía de una semana completa, con vuelos y hotel all inclusive incluido en la isla mexicana de arenas blancas y mar turquesa cuesta alrededor de USD 3.000 por persona, que puede elevarse a USD 4.500 según el paquete contratado.

El clan Volnovich se completa con su hermano, Guido Emanuel, que se desempeña como asesor del PAMI desde fines de 2019. De acuerdo con los registros de ANSES, su salario fue en octubre de $ 469.989, apenas por debajo de Rodríguez. En ese año, por otra parte, dejó de pertenecer al organismo la ex pareja de Luana, y padre de su hija, Jorge “El Loco” Ariel Romero, otro dirigente de La Cámpora.

El caso de ambos funcionarios representa una seria complicación política para el Presidente de cara a la convivencia interna en el Gobierno. Esto porque Volnovich y Rodríguez reportan solo y únicamente a Máximo Kirchner. La agrupación mantiene el comportamiento de una organización, con un entramado de relaciones políticas y personales que hace un culto del hermetismo. Tanto es así, que las últimas parejas conocidas de la jefa del PAMI fueron todos dirigentes camporistas. Endogamia política.

Volnovich, de 42 años, forma parte de la superestructura de La Cámpora. Hasta allí llegaron solamente dirigentes de probada lealtad a la vicepresidenta Cristina Kirchner y a su primogénito, y que fueron designados para controlar grandes cajas del Estado como la ANSES, la petrolera YPF y antes, también, Aerolíneas Argentinas. Se ven a sí mismos como parte de una camada sub 50 que se prepara para tomar la cúspide del poder en cuanto tenga oportunidad y que concibe a Cristina Kirchner como un “puente generacional” para tal objetivo.

En su página web, La Cámpora incluye una suerte de manifiesto fundacional para sus integrantes. Entre otras cosas, asegura: “Hoy tenemos que dar la batalla ideológica de todos los tiempos: un país para pocos o un país para todos. Tenemos la oportunidad de continuar la pelea histórica por la redistribución del ingreso y la justicia social”.

Más aún: “Retomamos las banderas de lucha de nuestro pueblo a lo largo de su historia: los derechos humanos, la patria grande latinoamericana, la soberanía industrial, la fuerza de los trabajadores organizados y la justicia social. Pero por sobre todas las cosas, la política como herramienta de los pueblos para la transformación social”.

El caso de “Luana Volnobeach”, como tuitearon jocosamente la semana pasada en los círculos políticos, es la demostración más clara de las contradicciones de la prédica doctrinaria de la agrupación K. Al menos en su cúpula, abundan los “jóvenes” de buen pasar económico, muy distantes de la realidad que vive la base militante.

Queda comprendido entonces que pertenecer a la agrupación de Máximo Kirchner, el millonario militante de las causas populares, no es nada complicado con este nivel salarial que gozan Luana y su pareja. La ideología va y viene, lo que importa es la tajada estatal.

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