lunes 13 de enero de 2025
Análisis

Aportes para entender el IPC

Por Marcelo Altamirano (*)- Especial para El Ancasti

En estos tiempos donde la inflación es un tema recurrente que pone en cuestión el Índice de Precios al Consumidor (IPC), como el indicador eficiente de este fenómeno económico, está bueno hacer algunas observaciones.

Antes de avanzar sobre los aspectos estrictamente técnicos, corresponde aclarar algunas cuestiones más bien de interpretación.

La primera radica en abrevar en los extremos de no considerar a la inflación como un fenómeno multicausal o por otro lado suponer que las causas monetarias son desechables, ambas prácticas esconden a mi juicio, una debilidad argumental para explicar el flagelo de la suba indiscriminada de precios y el desorden de precios que fluctúan sin referencia alguna.

La segunda está referida a la complejidad comunicacional de representar, un fenómeno socio económico como es la conducta de los consumidores y vendedores, en un solo indicador y peor aún pretender a partir de allí concluir que la economía marcha bien o mal. Nada es más imprevisible que la conducta humana en determinadas circunstancias.

Veamos entonces.

Para calcular el IPC se utiliza la fórmula matemática conocida como índice de Laspeyres, que utiliza una información de base respecto de las cantidades de bienes y los precios se van actualizando en cada período de cálculo. Dicho en castellano, el método consiste en relevar una canasta básica de bienes que se consumen en determinado momento y a un nivel determinado de gasto (o ingreso), luego se va actualizando su valor en el mercado capturando así la variación de los precios.

Para determinar cuál es la canasta base en un momento determinado, es necesario hacer una encuesta muy grande para ver como consumen las personas y cuál es la importancia relativa que adjudican a cada uno de los bienes en el total. Por ejemplo, en una familia con niños chicos es probable que la leche tenga una importancia relativa más grande que los útiles escolares que se tornaran más importantes cuando esos niños vayan a la escuela y volverá a caer cuando se transformen en adultos.

Es decir que las canastas de consumo de las personas en tanto familias, van cambiando conforme pasa el tiempo y por lo tanto el ingreso de las familias se distribuye de manera diferente en ese recorrido temporal. En ese derrotero nos pueden pasar muchas cosas que modifiquen nuestra conducta respecto del consumo, la vida misma.

Hoy el IPC se calcula para todo el país tomando como base una canasta medida en el AMBA y que data del año 2004, el INDEC tiene disponible una medición del gasto de los hogares correspondiente al año 2017, en cualquier caso, son mediciones antiguas, sin embargo, ese solo cambio de base muestra una diferencia acumulada en lo que va del año de más de 8 puntos, situación que se corrobora en la caída sostenida de los niveles de consumo por la disminución en la capacidad de compra de los ingresos con base en el crecimiento de la importancia relativa de las tarifas en la distribución del ingreso disponible de las familias.

Entonces el IPC que publica el INDEC es un cálculo correcto basado en una medición no representativa del impacto de los precios en el consumo de los argentinos en general y de los catamarqueños en particular.

(*) Licenciado en Economía- Docente e investigador de la UNCA.

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