miércoles 7 de mayo de 2025
Cierre de las Festividades Marianas

Una multitud de fieles acompañó la Procesión de la Virgen del Valle

La celebración se inició a las 17 desde La Alameda, desde donde se trasladó a la Sagrada Imagen hacia el Paseo de la Fe.

Ayer por la tarde, miles de fieles y peregrinos colmaron las calles de Catamarca para participar de la Solemne Procesión de la Virgen del Valle, que marcó el cierre de las Festividades Marianas.

La Procesión, que tradicionalmente parte desde la plaza El Maestro, en esta ocasión se inició a las 17 desde plaza La Alameda, en un recorrido que culminó en el Paseo de la Fe. Este cambio se debió al clima especial que vive la Iglesia católica tras el fallecimiento del papa Francisco.

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Como cada año, fieles y peregrinos llegados desde distintos puntos del país se congregaron desde temprano para acompañar a la Virgen del Valle. Por la tarde, las calles se llenaron de color y devoción con la presencia de los peregrinos, numerosas agrupaciones gauchas y delegaciones parroquiales, que año tras año acompañan a la Virgen Morenita en su recorrido. La Virgen fue trasladada en esta ocasión en camioneta y no a pulso como en años anteriores.

La jornada tuvo una ausencia significativa: el obispo Luis Urbanc, que no pudo estar presente debido a un cuadro respiratorio que lo obligó a guardar reposo por indicación médica.

Misa Solemne

Debido a la ausencia del Obispo, la Misa Solemne que se llevó a cabo ayer por la mañana fue presidida por monseñor Roberto Ferrari, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Tucumán, quien se encontraba en Catamarca participando del Encuentro de la Pastoral Vocacional del NOA.

Concelebraron la Eucaristía sacerdotes del clero catamarqueño, entre ellos el vicario general, Pbro. Julio Murúa, y el rector del Santuario Catedral, Pbro. Juan Ramón Cabrera, además de otros peregrinos.

Una gran cantidad de fieles colmó el principal santuario mariano de Catamarca para participar de la Eucaristía central de esta jornada.

En el inicio de su homilía, Mons. Ferrari saludó a los hermanos peregrinos que llegaron para honrar a la Virgen Morena y agradeció a los catamarqueños “por habernos recibido a los que venimos de otros lugares, incluyendo a los sacerdotes que vienen de lugares lejanos”, dijo.

Hizo mención a la gran devoción que se vive en Tucumán, de donde proviene, destacando que la Virgen del Valle no es solamente la Patrona de los catamarqueños, sino de todo el Noroeste Argentino.

Luego se refirió a este tiempo especial de gracia y conversión que vive la Iglesia expresando que “el papa Francisco, a fin del año pasado, abría las puertas a este Año Jubilar, que lo llamaba el Jubileo de la Esperanza. Y por eso somos en este año peregrinos de esperanza. A eso estamos llamados en este Año Jubilar, a ser peregrinos de esperanza, porque peregrinamos a un lugar que nos da esperanza, al Santuario de la Virgen, pero también somos peregrinos que llevan esperanza a otros”.

En el momento de las peticiones se rezó por el eterno descanso del papa Francisco y por la pronta recuperación del obispo Urbanc.

Luego de la Comunión, todos los presentes realizaron la Oración de Consagración de Nuestra Madre del Valle y la alabaron con el canto.

Mensaje del Obispo

Luego de la Procesión, que terminó su recorrido en el Paseo de la Fe alrededor de las 19, el presbítero Julio Murúa, vicario general de la Diócesis de Catamarca, fue el encargado de leer el mensaje que el obispo Urbanc dejó escrito para los fieles presentes.

"Queridos devotos y peregrinos, por medio de estas líneas me llego y uno a todos ustedes al concluir los homenajes a Nuestra Señora del Valle, con Solemne Procesión, con ocasión del 134 aniversario de la coronación pontificia de la sagrada Imagen que con tanto cariño, respeto y amor veneramos en nuestro suelo catamarqueño. Por disposición divina no he podido presidir personalmente las distintas celebraciones ya que la enfermedad no me lo permitió, pero las he vivido con la oración y la celebración eucarística en la casa episcopal", comienza el mensaje.

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En el escrito, el Obispo realizó un especial pedido a la Virgen del Valle: "Que vuelvas tu mirada sobre nuestras familias, para que sean verdaderas ‘iglesias domésticas’ donde la plegaria se eleve diariamente, la Palabra de Dios se medite y la Gracia santificante impregne el vivir de todos. Protege a nuestra niñez y juventud para que sus corazones estén abrazados por el amor de Dios y correspondan a ese amor con fidelidad, alegría y compromiso cristiano. Acompaña a nuestros adultos en sus tareas cotidianas para que todo lo hagan con amor, competencia, responsabilidad y perseverancia en el buen obrar. Que los ancianos y enfermos se sientan queridos, respetados, escuchados y valorados. Que dejen de padecer soledad, abandono y desprecio".

También pidió por las autoridades civiles, de gobierno, judiciales y legislativas, "para que vivan a fondo la fe que profesan y la expresen obrando de acuerdo a las enseñanzas del Evangelio, pues solo así habrá verdadera justicia social, fraternidad, igualdad de oportunidades para todos, sana educación, promoción del trabajo digno, erradicación de la violencia, cuidado de la salud de todos y paz verdadera".

"Te imploro que nos liberes del flagelo de las drogas, que tanto estrago causan entre los más frágiles. Que los seres humanos comprendamos que no todo comercio es legítimo. Que sigamos una conducta moral basada en el cuidado y respeto en la dignidad humana. ¡Que nos demos cuenta que no todo es dinero! Por último, que cada uno de los que participó en estos días del septenario se lleve el compromiso de ser verdadero testigo de Cristo Resucitado, impregnando cada jornada con las enseñanzas del Evangelio", dejó escrito en su mensaje el Obispo.

Luego de la lectura del mensaje del obispo Urbanc, el presbítero Murúa bendijo a los fieles presentes, y a las 20 se llevó a cabo la Misa de acción de gracias por los peregrinos y sus familias, dando de esta manera por finalizada la celebración y con ella las Festividades Marianas.

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