Alfajores. El chino de la litífera dice que no quiso abusar, sino hacerle un regalo a la mujer agredida.
Huang Sencai, el chino acusado de abuso sexual, continúa trabajando como empleado de la litífera Zijin-Liex y al parecer ha sumado a sus labores la de delegado cultural. Esta no ha podido corroborarse, pero no hay dudas de que su desafortunada experiencia lo habilita para tan importante cometido, clave para que la firma consiga al fin insertarse en la comunidad de Fiambalá.
En su declaración indagatoria, Sencai adujo que la empleada que lo denunció interpretó mal gestos que, lejos de configurar abusos o tentativas de ultraje, son considerados en China de lo más valorables.
“Él, como es una costumbre china dar ofrendas, un regalo, una propina a un empleado de menor jerarquía como era esta chica, le ofrece un alfajor, un chocolate y después le ofrece el dinero. La chica, si bien recibe el alfajor, no quería recibir el dinero. Entonces, mi defendido insiste en que se le reciba esa ofrenda, ese regalo y ella se rehúsa. Él le introduce ese dinero en el bolsillo del pantalón y, ante esa situación, ella reacciona”, explicó el doctor Horacio Macías, abogado defensor del amable oriental.
El chino acusado de abuso arguye que la mujer agredida no supo interpretar lo que en realidad era una ofrenda. El chino acusado de abuso arguye que la mujer agredida no supo interpretar lo que en realidad era una ofrenda.
Cuánto que aprender. El Gobierno y la Municipalidad de Fiambalá deberían haber preparado mejor a los lugareños para adaptarlos a las costumbres de la milenaria civilización.
Es de imaginarse el desconcierto de Sencai ante la destemplada reacción de la mujer a la que había dedicado sus ofrendas. No fue tanto, sin embargo, como para que suspendiera sus vacaciones hasta dejar el asunto aclarado en sede judicial, al punto que hubo que librar oficios a Migraciones para confirmar que había salido del país y librar orden de captura internacional.
Según el abogado Macías, “ya tenía las vacaciones, cuándo iba a viajar y cuándo iba a regresar de China, y justo fue que se hizo la denuncia”. De no creer, la mala suerte de este sujeto.
“Él viaja para cumplir sus vacaciones. A raíz de toda esta denuncia y de que él se puso a disposición de la Justicia, entonces es que él tiene que interrumpir sus vacaciones y regresar de China para Argentina, y lo primero que hizo fue presentarse en Fiscalía. Él en ningún momento tuvo la intención de escaparse, ni de entorpecer la investigación ni nada por el estilo”, aclaró el letrado.
Habría que analizar si no existen otras costumbres chinas que expliquen lo que en principio parecen actitudes renuentes a someterse, no ya a las costumbres sino a las leyes argentinas.
Las “ofrendas” que la desprevenida homenajeada interpretó como agresión sexual fueron el 30 de junio. La chica informó de inmediato sobre el incidente al departamento de recursos humanos de la litífera y, al no obtener respuestas satisfactorias a sus reclamos, radicó la denuncia penal el 7 de julio.
Tras corroborar en Migraciones que Sencai había salido del país, la Fiscalía de Tinogasta promovió su captura internacional para evitar riesgos procesales y garantizar su comparecencia en el proceso judicial el 8 de agosto.
Las disonancias culturales entre chinos y fiambalenses son tan enormes que Sencai estuvo más de un mes de vacaciones sin afligirse por una denuncia de abuso sexual en su contra. Debe ser que quería desenchufarse totalmente y ni siquiera miraba mensajes de whatsapp. O quizás las autoridades de Zijin-Liex confiaban en que podrían resolver el inconveniente sin molestarlo. Faltaba todavía que tuvieran que pagarle por suspender las vacaciones por semejante nimiedad. Finalmente, el bueno de Huang Sencai se presentó ante la Fiscalía el 18 de agosto y esperó con paciencia china que la Justicia consiguiera una traductora de chino-mandarín para poder dar su versión de los hechos.
Resta saber qué opina la mujer agredida, pero el episodio indica que en Zijin suponen que alcanza con alfajores para comprar las voluntades de los aborígenes fiambalenses. Esta impresión ha de haberse afianzado la tolerancia del Gobierno a sus despropósitos y “ofrendas” oficiales como la donación del terreno en el que funciona la planta de la firma.