La conmoción institucional y política que provocó la absolución del fiscal Laureano Palacios en el jury que se le hizo por su desempeño en el inicio de la investigación del crimen del ministro Juan Carlos Rojas, no afligió tanto a los partidos miembros de la alianza oficialista como las críticas de Luis Barrionuevo al vicegobernador Rubén Dusso por ampararlo.
Costará olvidar el desconcertante 2 de junio pasado. Una inesperada mayoría conformada por los dos representantes parlamentarios del oficialismo y los dos abogados del foro elegidos por sorteo salvó a Palacios de la destitución y puso a hervir la coalición comandada por el justicialismo.
El Gobierno y el bloque de diputados oficialistas expresaron de inmediato su total disconformidad con los votos a favor del fiscal del presidente provisorio del Senado, Oscar Vera, y la titular de la Cámara de Diputados, Cecilia Guerrero. El Colegio de Abogados se apuró por su parte a aclarar que sus dos asociados no lo representaban.
Unión por la Patria, que entonces todavía se denominaba Frente de Todos, no creyó necesario pronunciarse ante tamaño escándalo, que tendía sospechas sobre su Gobierno. Es decir: Unión por la Patria se abstuvo tanto de responder los ataques a su propio prestigio político como de, en caso de considerarlo justo, respaldar el voto de Vera y Guerrero.
En contrapartida, bastó que Barrionuevo sindicara a Dusso como ideólogo del rescate del fiscal para que saltara como maíz frito.
Milagros gastronómicos: los empecinados mudos recuperaron el habla.
En contraste con la indiferencia ante la crisis por Palacios, la enjundia empeñada en salvaguardarle el cuero al Vice revela un extraño sentido de las proporciones. Sobre todo, si se relaciona con aquello de “primero la Patria, después el Movimiento y por último los hombres”, salvo que la Patria sea Dusso.
Un vestigio de pudor indujo a traficar la defensa mezclada entre cuestionamientos a las simpatías de Barrionuevo por Javier Milei, como para que no se interpretara que era el motivo de la proclama.
El comunicado se difundió suscripto por los partidos y organizaciones Intransigente, Socialista, Frente Renovador, Frente Unidad Peronista, Nuevo Encuentro, Forja, Identidad, Los Irrompibles, Kolina, Nueva Opción y Parte.
“Es repudiable su denuncia contra el Vicegobernador -respecto del asesinato del compañero Rojas-, sin siquiera una mínima prueba, lo que es típico de personas de una faceta miserable”, consideraron.
Barrionuevo había dicho: “Es una vergüenza todo lo que pasó y el vicegobernador acompañó esa vergüenza. Indudablemente encubrió la falencia del fiscal Laureano Palacios, haciendo que sus adláteres en la Cámara de Diputados y de Senadores no lo destituyeran tal como la gente lo pedía. Es una gran responsabilidad del Vicegobernador, que la tendrá que asumir”.
Los supuestos “adláteres” de Dusso son Oscar Vera y Cecilia Guerrero.
Ninguno de los dos fue defendido por los integrantes de la coalición oficialista cuando votaron a favor de Palacios, pese a su importancia institucional: son la tercera y cuarta autoridad de la provincia. Tampoco se recuerdan defensas tan enfáticas de la figura del gobernador Raúl Jalil.
¿Habrá merecido el impacto social que tuvo la absolución de Palacio los arduos análisis que sin dudas precedieron a la defensa colectiva de Dusso?
Los que firmaron la gacetilla tienen todo el derecho a solidarizarse con el Vicegobernador, pero llama la atención como gambetean un interrogante de medular relevancia política: ¿Están de acuerdo con la absolución del fiscal Laureano Palacios?
Capaz que si alguno responde la pregunta consigue la administración del Ministerio de Desarrollo Social que se sugiere quitarle al sector de Barrionuevo.
Es cuestión de poner la jeta, nomás. Por ahí el audaz la emboca.