miércoles 12 de noviembre de 2025
Cara y Cruz

La incógnita Santilli

Con la designación de Diego Santilli como ministro del Interior, Javier Milei sostiene la jerarquía que le había devuelto a la cartera política después de la derrota en las elecciones provinciales bonaerenses del 7 de septiembre y recupera un formato clásico del vínculo institucional entre la Nación y las provincias.

Tras el reemplazo de Guillermo Francos por el ultrakarinista Manuel Adorni en la Jefatura de Gabinete, arreciaron las especulaciones sobre el lugar que se le asignaría al asesor Santiago Caputo en el nuevo equilibrio de poder.

Un Ministerio del Interior con facultades ampliadas era la hipótesis más trillada. Santilli, como la aplastante victoria libertaria del 26 de octubre, no estaba en las perspectivas de nadie.

Con Santilli al frente, Milei sostiene la jerarquía clásica del Ministerio del Interior como cartera encargada de las relaciones políticas. Con Santilli al frente, Milei sostiene la jerarquía clásica del Ministerio del Interior como cartera encargada de las relaciones políticas.

Con los hechos consumados se advierte que el movimiento se ajusta a una concepción muy difundida en la presidencia de Carlos Menem: el que saca, no pone. Santiago Caputo fue la piedra esmeril más erosiva sobre Francos y lo sacó; por lo tanto, no coloca a su reemplazante. Los primos Martín y “Lule” Menem, aliados de la “hermanísima” Karina, impusieron el criterio de su célebre tío.

Sin embargo, no es prudente apresurar conclusiones sobre lo que el encumbramiento del “Colorado” significa dentro de la interna del Gobierno. El “Mago del Kremlin” saludó efusivamente la decisión de Milei. “Gran reconocimiento a un tipo que apoyó desde el día uno de manera incondicional el liderazgo del presidente Javier Milei y que puso el hombro para dar vuelta una elección histórica en PBA. Felicitaciones Diego Santilli”, tuiteó.

Si dolió, que no se note. Pero tal vez no dolió y hay otro diseño en ciernes. Entre las lecciones de los resultados electorales se destacan la insensatez de subestimar la inteligencia política de los hermanos Milei.

Como sea, Santilli despeja una incógnita sobre la reconfiguración del circuito de relaciones entre la Casa Rosada y los gobernadores, pero abre otra, no menor: ¿qué poder de decisión real tendrá para satisfacer planteos provinciales? Las limitaciones en este sentido devaluaron a Francos y su brazo derecho, Lisandro Catalán.

Más conjeturas conjugan versiones y deseos. Como antes se especulaba con el pase a la formalidad de Caputo, ahora se supone que Santilli será un ministro del Interior con potestades similares a las que tuvo Rogelio Frigerio en la presidencia de Mauricio Macri, con administración de plata y obras públicas para negociar respaldos políticos.

Este es el modelo que prefieren los gobernadores, cuya inquietud mayor es la restauración del sistema en el que Francos, condicionado por las internas entre “karinistas” y “caputistas”, no podía garantizar nada y vivían en un clima de permanente “a pillar”.

La posición del “karimenemismo”, con Martín Menem a cargo de la Presidencia de la Cámara de Diputados y Karina manejando agenda y lapicera en la Secretaría General de la Presidencia, se robusteció en este esquema, como canal informal pero más eficaz para conseguir acuerdos.

El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, planteó la inquietud antes de que se conociera el nombramiento. Destacó a Francos como “un señor con todas las letras”, pero advirtió que “muchas cosas que se hablaron y que se acordaron ya no dependían de él sino de que se puedan cumplir desde Economía”.

“Necesitamos interlocutores que tomen decisiones y que puedan tomarlas sin tener que esperar la autorización de otros ministros”, señaló el mandatario. ¿Qué grado de autonomía se le concederá a Santilli?

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