jueves 28 de marzo de 2024
Running

Consejos para correr en épocas de baja temperatura

Correr con frío es un desafío, para hacerlo se requiere voluntad y motivación, y lograrlo te brindará beneficios tanto a nivel físico como emocional.

Llega el frío y para muchos corredores esto es sinónimo de ya no salir a correr. A los que solo corren en las estaciones templadas se los llama corredores golondrina. Se van durante el invierno y regresan en primavera. Otros que desean convertirse en runners, creen que los días fríos no son buenos para arrancar.

Tanto los “golondrina” como los novatos deben saber que están equivocados si se alejan o no se acercan al running solo porque bajó la temperatura exterior. Es cierto que hay diferentes climas, pero quien está acostumbrado a vivir en un clima, puede correr en ese clima o uno un poco más frío aún. Quienes sigan corriendo en invierno disfrutarán de un paisaje diferente y más lugar para hacer su actividad. Pero no solo eso.

Correr en invierno trae muchos beneficios. Los días son más cortos y el ánimo de las personas se ve afectado. Salir a correr produce endorfinas, lo cual mejora el ánimo y el humor, algo que se vuelve aún más importante cuando las horas de luz escasean. En la misma línea de sentirse bien, mantener el estado físico también ayuda a las personas a estar mejor consigo mismas. Entregarse al sedentarismo en las semanas frías trae consecuencias en el ánimo.

En la rutina anual de un corredor, dejar de correr durante el invierno significa abandonar el progreso y la constancia que le han permitido alcanzar el nivel que tanto habían buscado durante meses. Y para quienes buscan simplemente llegar bien al verano, dejar de correr en invierno es simplemente la manera más directa de no lograrlo. Se disfruta más la primavera cuando uno ha corrido todo el invierno.

Algunos consejos

- En primer lugar, y como cualquier deduce, se siente más el frío al arrancar el entrenamiento que al promediar la actividad. Es por eso que si uno sale a correr desde la puerta de su casa, debe saber que va a tener que desabrigarse un poco con el correr de los minutos.

- Las extremidades son particularmente sensibles al frío, pero como corremos con las piernas, no deberíamos preocuparnos tanto por ellas. Quien sienta frío en los pies puede probar con medias de invierno, pero siempre deportivas. Más efectivo que correr con calzas largas es correr con unos guantes de corredor. Las manos abrigadas evitan malestar inicial y si luego tenemos calor, los guantes se sacan y se colocan en la cintura, donde ya no molestan. Lo mismo se puede decir de un buff o un cuello, que puede tapar hasta las orejas, según donde se sufra más el frío. Con la misma facilidad se lo puede luego sacar y poner en la muñeca.

- Con respecto al torso, es mejor usar varias capas livianas que una sola abrigada. Sofocarse con un buzo grueso no ayuda en nada, se suda en exceso y hasta se corre el riesgo de deshidratarse. Una remera fina de manga corta, otra de manga larga y un rompe vientos sirven mucho más que un abrigo pesado. Si hace calor, se pueden sacar las capas y atarlas a la cintura. En caso de salir desde la puerta de casa y volver a ella, esto ni siquiera es necesario, con una capa, guantes y buff casi siempre alcanza. Cada uno conoce lo friolento que es.

- El frío no es psicológico, el frío es real, lo psicológico es como reaccionamos frente al frío. El frío pasa rápido, y se disfruta muchísimo correr sin el sofocón de las temperaturas altas. Lo fundamental es que luego de correr y elongar, no nos debemos quedar desabrigados. Si volvemos a casa, no hay problema, si nos quedamos afuera, es imprescindible abrigarse lo más rápido posible.

- Los colores oscuros permiten absorber los rayos del sol, así que es un buen consejo elegir ropa oscura durante el invierno. Esa ropa debe tener algo de superficie reflectante, algo muy común en la ropa y calzado deportivo. Y aunque en invierno se pierde menos líquido que en verano, igual algo de agua o bebida isotónica en pequeños tragos ayuda a evitar la deshidratación.

Beneficios

• Mejora el metabolismo: el esfuerzo físico ante las bajas temperaturas vuelve más eficiente el metabolismo porque el cuerpo requiere más energía.

• Aumenta la resistencia: en invierno al cuerpo le cuesta menos mantener la temperatura equilibrada y cerca de los 37 grados. Esto significa que los entrenamientos largos (varios kilómetros) se vuelven más fáciles de realizar que en verano. El entrenamiento largo es fundamental en el running, ya que es esencial para todo tipo de corredor, incluso el que se dedica a realizar fondos.

• Vitamina D: por lo general en épocas frías hay menos exposición al sol, lo que reduce los niveles de vitamina D. Esta vitamina es esencial para el organismo, si continúas el hábito de correr en invierno te asegurás la cuota diaria de esta vitamina.

• Menos lesiones: las bajas temperaturas permiten aumentar la resistencia. Este mejor rendimiento disminuye las probabilidades de una lesión. Cuanto más corrés más se adapta tu cuerpo y podes prepararte para una carrera en menos tiempo.

• Forja hábitos saludables: en invierno es muy fácil sucumbir, por eso si tenés las agallas y la motivación para salir de tu zona de confort y correr con frío lograrás forjar un hábito saludable. Un corredor que no se rinde supera adversidades más fácilmente durante una carrera.

• Mejora el humor: los días se acortan en invierno y la menor exposición solar produce un leve decaimiento. Correr libera endorfinas que ayudan a mejorar el ánimo.

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