miércoles 11 de junio de 2025
Según una consultora

Uno de cada cuatro argentinos vive en condiciones de extrema vulnerabilidad

La pobreza y la indigencia han alcanzado niveles alarmantes pese a los esfuerzos del gobierno por mitigar la crisis

Según la consultora especializada exQuanti, basada en los datos oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, la indigencia del primer trimestre de 2024 habría alcanzado un preocupante 24,7% si no se hubieran mantenido los planes oficiales de asistencia.

Esto representa un salto de siete puntos porcentuales respecto al cuarto trimestre de 2023, cuando la indigencia, sin considerar los planes, se ubicaba en 17,7%. Además, comparado con el primer trimestre de 2023, la indigencia subió 11,5 puntos porcentuales, desde un 13,2%.

Los datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) corroboran esta tendencia, y muestran que la indigencia alcanzó el 19,1% en el mismo período. Sin embargo, con la implementación de los programas de asistencia social, la indigencia oficial se elevó a 20,3% en el primer trimestre de 2024, según datos procesados por exQuanti.

Esta cifra representa un incremento significativo respecto al 14,6% registrado en el último trimestre de 2023 y casi el doble del 8,9% observado un año atrás. No obstante, los indicadores revelan un deterioro profundo, a pesar de los esfuerzos del gobierno por mitigar el impacto de la crisis.

La coordinador del Observatorio de la Deuda de la UCA, Agustín Salvia, expresó "Vemos clases medias bajas que caen en la pobreza en términos estadísticos y monetarios, principalmente por la pérdida de poder adquisitivo, sin posibilidad de compensar con más trabajo".

Desde un primer momento Salvia ya había advirtido que los programas sociales no eran suficientes para sostener un "piso bajo" de pobreza extrema. Los datos de exQuanti subrayan que la efectividad de los planes sociales es limitada, especialmente en lo que respecta a la pobreza.

En el primer trimestre de 2024, la pobreza con planes sociales se situó en 55%, mientras que sin ellos habría sido ligeramente superior, alcanzando el 55,4%. Esto indica que, aunque las transferencias del Estado ayudan a mitigar la pobreza extrema, su impacto en la reducción de la pobreza general es mínimo.

El porcentaje de los ingresos de los hogares pobres provenientes de subsidios y transferencias directas del Estado fue de 7,4% en el primer trimestre de este año, mientras que para los hogares indigentes fue de 17,9%. Estos son los registros más bajos desde 2016, lo que refleja la erosión del poder de compra.

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