lunes 29 de septiembre de 2025
Organismos cuestionan la metodología de medición

La pobreza en adultos mayores: un punto ciego en las estadísticas del Indec

Un informe de HelpAge reveló que, en el año 2024, el 73% de los adultos mayores se encontraba bajo la línea de la pobreza, en contraste con el 10% señalado por INDEC.

Los porcentajes de pobreza que dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC) la semana pasada despertaron numerosos cuestionamientos respecto de la metodología empleada para llegar a esas cifras. En este marco, un informe de la ONG HelpAge reveló que, en 2024, el 73% de los adultos mayores se encontraba bajo la línea de la pobreza; en contraste con el último dato oficial que marcó apenas un 10%.

El 47% de los beneficiarios del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) cobra haberes menores o iguales al mínimo, el 17% entre una y dos jubilaciones mínimas y el 36% restante tiene ingresos iguales o mayores a dos haberes mínimos. Se trata, en total, de un universo de 6,12 millones, según los informes públicos. En septiembre las jubilaciones mínimas fueron de $ 320.277, a lo que se le sumó un bono de $ 70 mil. La canasta de un jubilado era, en abril y según la Defensoría de la Tercera Edad, de $ 1.200.523: ni siquiera quienes cobran el equivalente a dos mínimas llegan a cubrir lo básico.

En este marco, Juan Ignacio Bonifiglio, investigador de la Universidad Católica Argentina --uno de las primeras instituciones en cuestionar los datos del INDEC-- aseguró que la población de adultos mayores tiene a estar subrepresentada en las medidas de pobreza. “El problema es que hay distintos elementos que no nos permiten, a partir de este instrumento, dar cuenta de aspectos que son decisivos en las condiciones de vida”. Bonifiglio brindó como ejemplo la situación de los adultos mayores que viven en un hogar unipersonal y no son propietarios, es decir, que alquilan una vivienda. Según el esquema de medición del INDEC, un jubilado con la mínima que tiene que afrontar el gasto del alquiler no es pobre, lo que, en palabras del investigador, resulta "problemático". Lo mismo sucede, por ejemplo, con la cobertura de medicamentos y gastos específicos de la población perteneciente al rango etario: para el organismo es igual un adulto mayor que paga medicamentos a otro cuyos medicamentos están 100% cubiertos por alguna obra social como PAMI. Situación que resulta irrisoria. “Si tienen los medicamentos gratis o no los tienen, para la medición de pobreza es lo mismo, y claramente no es lo mismo”, aseguró el economista Hernán Letcher en diálogo con Perfil.

“El aumento de los medicamentos también impacta, pero en términos relativos no ha sido tan significativo como el de los servicios”, agregó. A eso se suma el incremento de otros factores como el de los servicios de cuidado. “El adulto mayor tiene una cantidad de prestaciones e insumos a cubrir, por lo cual su canasta no tiene que ver con la ponderación que hace el Indec, sino que es mucho más amplia”, detalló a Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad. “Entre otras cosas no contemplan los gastos de vivienda y suponen una estructura familiar con niveles de asistencia que ya no existen más”, afirmó.

Los lugares de internación

Por otro lado, Semino también hizo referencia a una problemática que no es tenida en cuenta a la hora de medir los índices de pobreza: la internación geriátrica. "No se consiguen geriátricos por 3 o 4 millones de pesos”, aseguró y dijo que uno de los principales problemas es la falta de lugares para internación. “Hoy no tenemos camas de internación geriátrica. El que más interna por volumen es el PAMI, que tiene una espera de entre seis meses y un año”.

Un indicador cuestionado

Luego de conocerse las cifras oficiales que indican que, para el primer semestre de 2025, el 31,6% del total de la población está por debajo de la línea de pobreza y el 6,9% en condición de indigencia, las críticas por la forma de medir y comparar esas cifras no tardaron en llegar. Una de las primeras provino del Observatorio de la Deuda Social de la UCA. En un comunicado resaltaron que, si bien las cifras sobre pobreza e indigencia “implican una reducción significativa” y eso es una “buena noticia”, esta caída está sobrerrepresentada.

En esta sobreestimación, los profesionales de la UCA consideran que la falta de actualización en el cálculo de las canastas básicas y por tanto del papel más preponderante que ocupan las tarifas en los gastos mensuales de una familia impiden “reflejar con precisión la situación efectiva de los hogares”.

Desde el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) concluyeron que, aunque el peso de los servicios y el transporte es cada vez mayor, este cambio no se refleja adecuadamente en el coeficiente que determina la Canasta Básica Total. “Como consecuencia, una mayor cantidad de hogares aparece por encima de la línea de pobreza, incluso cuando sus ingresos no han tenido un crecimiento significativo en términos reales”. Un estudio de la consultora Equilibra y el Observatorio Universitario de Economía de la Universidad Nacional de La Pampa, por ejemplo, estimó que durante el segundo semestre de 2024 la pobreza alcanzaría al 43,3% de la población, casi nueve puntos porcentuales por encima de las estimaciones oficiales para ese momento (34,7%).

La crítica tal vez más importante sobre el dato oficial llegó de parte de los mismos trabajadores del Indec. En un video de ATE afirmaron que no hay nada para festejar y “mucho para preocuparse”. “Milei no sacó a 12 millones de personas de la pobreza”, aclaran desde el comienzo. Primero, explican, por el punto de comparación: resaltan que se realiza respecto al primer semestre de 2024 sin tomar en cuenta el efecto de la devaluación de diciembre de 2023 y la inflación que se generó después. “La Encuesta Permanente de Hogares posee una muestra que representa alrededor de 30 millones de personas que habitan las zonas más densamente pobladas del país”. Esto significa, agregaron, que “para poder interpretar una salida de 12 millones de personas de la pobreza, la caída debería ser del 40%, y eso no sucedió”. Sobre el final advirtieron sobre el aumento de renuncias de profesionales altamente calificados por los bajos salarios en el organismo.

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