miércoles 20 de marzo de 2024
CARA Y CRUZ

La punta del ovillo

Por Redacción El Ancasti

Hay una punta muy prometedora para esclarecer la golpiza que efectivos de la Comisaría Primera le habrían propinado al nieto del diputado nacional Rubén Manzi: el médico de Sanidad Policial que examinó al adolescente, que en primera instancia había certificado la inexistencia de lesiones, se vio obligado a dejarlas asentadas horas después, cuando el propio legislador nacional le exigió una verificación adecuada. 

El médico de la Policía “enmendó” su informe, aseguró Manzi, que también es médico. Hizo uno cuando Manzi nieto concurrió a la revisión con los policías y otro con un diagnóstico diametralmente opuesto cuando, ya en libertad y sin el condicionamiento de la presión de los uniformados, lo acompañó su abuelo, que aparte de ser miembro del Congreso viene trabajando sobre la violencia institucional desplegada en el NOA durante la pandemia. 

Manzi relevó 5 muertes, 50 casos de tortura, 97 de lesiones graves, 69 de persecución, 52 de hostigamiento y 49 de represión en las provincias de Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, La Rioja y Jujuy desde que comenzó la peste. 
Pregunta inquietante: ¿cuál hubiera sido la conducta del médico policial si el damnificado carecía de palancas influyentes? 
Luca Manzi Seco, de 19 años, no solo es nieto de Rubén Manzi e hijo del ex Gerente de Empleo y presidente del congreso provincial del ARI, Mariano Manzi. También es sobrino en primer grado del intendente de El Rodeo, Armando Seco Santamarina, y nieto del extinto e histórico dirigente del peronismo Armando Seco. 


El policía acusado ya radicó la contradenuncia de rigor por resistencia a la autoridad contra Manzi nieto, capturado en transgresión a las restricciones sanitarias. Asevera que el joven intentó agredir a los efectivos y dañar los móviles durante el operativo, que se desplegó por denuncias anónimas de una fiesta clandestina. 

Las marcas de golpes podrían quizás explicarse por eventuales forcejeos pero, si tal fuera el justificativo, ¿por qué no fueron registradas en Sanidad Policial?

El médico, cuya identidad Manzi obviamente conoce aunque todavía no la haya revelado, es un testigo clave y al mismo tiempo se enfrenta a una situación muy comprometida, pues no habría cumplido con los protocolos para constatar las condiciones físicas del detenido o bien decidió, por misteriosos motivos, advertir lesiones que antes se le habían pasado por alto. Salvo que el propio Manzi le pegara un par de piñas a su nieto con tal de ganar unos titulares periodísticos en vísperas electorales, tan perversa llega a ser la condición humana.
De acuerdo a la denuncia de Manzi, en la primera revisión el médico se limitó a preguntarle al joven si le habían pegado, circunstancia que éste negó debido a que los policías le habían prometido otra biaba si se iba de lengua.

Otro testigo clave podría ser el diputado provincial Juan Denett, que declara tener la precisa: todo es un montaje electoralista de Manzi, que mima demasiado a su nieto y se opone a las medidas preventivas contra el coronavirus.
“Basta de justificar a nenes malcriados, que sin importarles nada siguen con las reuniones clandestinas, sin ningún cuidado y poniendo en riesgo a toda la sociedad. Lo peor de todo es que padres y abuelos aplauden mientras consienten estas actitudes”, posteó, tan severo como seguro, en sus redes sociales.

La confianza del Gobierno en la institución policial no es tan ciega como la del tribuno. 
El Ministerio de Seguridad prometió investigar y se mueve con cautela por el potencial erosivo que el caso tiene, para colmo con un referente que ha tomado el tema de los abusos policiales como línea central de su gestión parlamentaria en calidad de denunciante. 

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