Podrán ser defectuosos los bacheos en Santa Rosa, pero el asfaltado de la trucha del intendente Elpidio Guaraz merece las más altas calificaciones en el mundillo político local. Si se considera la legión de personajes que podrían, con legítimo derecho, disputarle la primacía, ha de reconocerse que el logro no es para nada menor. Sus napoleónicas ambiciones eran conocidas. Santa Rosa le queda chico y pretende extender sus dominios al municipio aledaño de Los Altos, a cuya Intendencia quiso postularse hace un par de años. Cambió de domicilio y tomó la previsión de encumbrar a su hermana a la Presidencia del Concejo Deliberante de Santa Rosa, cosa de que lo suplantara si llegaba a embocar, pero no pudo coronar la jugada. No se rinde, sin embargo. Ahora anda en componendas con el FCS/Cambiemos para complicarle la reelección al intendente alteño, Rafael Olveira, candidato del Gobierno. El Elpidio explica que no respalda al presidente Mauricio Macri ni al candidato a diputado nacional Eduardo Brizuela del Moral, sino exclusiva y excluyentemente al candidato a la Intendencia del radicalismo, Carlos “Kikí” Olveira. Sus motivos son de orden afectivo y moral: “Kikí” Olveira es su “amigo” y Rafael Olveira es “un delincuente”. “Yo apoyo al candidato, no hay ninguna contradicción. A usted no le gustaría apoyar a un delincuente, (Rafael Olveira) es un hombre que no hizo ninguna obra en ocho años. Fue citado, está imputado y tiene denuncias graves; tendría que estar preso, yo no sé por qué motivo está parada la causa”, argumentó.