Brasil está preparando un grupo especial de fuerzas armadas, policía y organismos gubernamentales para lanzar en breve una operación de expulsión de mineros de oro ilegales, denominada "Escudo Yanomami".
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Brasil está preparando un grupo especial de fuerzas armadas, policía y organismos gubernamentales para lanzar en breve una operación de expulsión de mineros de oro ilegales, denominada "Escudo Yanomami".
Se culpa a más de 20.000 mineros salvajes de haber traído enfermedades, violencia y hambre que han provocado una crisis humanitaria en las aldeas yanomami aisladas de la mayor reserva indígena de Brasil, en la frontera con Venezuela.
El ministro de Defensa, José Mucio, dijo que el Ejército es necesario para expulsar a los mineros, que están bien armados y tienen helicópteros: "Pronto nos enfrentaremos a ellos. Necesitamos erradicar este mal". Con las tropas del Ejército en tierra, la Marina patrullará los ríos y confiscará los barcos y dragas de los mineros, mientras que la Fuerza Aérea controlará el espacio aéreo, interceptará los aviones sospechosos y los obligará a aterrizar.
La mitad de las 100 toneladas de oro que produce Brasil cada año, unas 52 toneladas, se extrae ilegalmente, y gran parte se exporta a Suiza tras ser blanqueada a través de intermediarios financieros brasileños, según el grupo de presión de la industria minera Ibram.
Los mineros han contaminado las aguas con el mercurio utilizado para separar el metal del mineral y de la tierra. Llevan aviones de abastecimiento a pistas de aterrizaje clandestinas en la selva y utilizan los ríos para transportar maquinaria pesada y combustible a sus explotaciones, que son estanques fangosos donde dragan en busca de oro en los claros de la selva.
Los estudios médicos demuestran que el mercurio utilizado por los mineros ha matado a los peces y contaminado el agua de la que dependen los yanomami. Los mineros están cada vez más asociados a bandas bien armadas que han aterrorizado a las comunidades indígenas que, por primera vez, no pueden alimentarse por sí mismas, lo que ha provocado una malnutrición generalizada y muertes entre los 28.000 yanomami.