Año tras año, solía hacerme religiosamente todos los estudios que nos toca a las mujeres. Sin embargo, una vez –hace ya un tiempo-, en una charla con amigas, caí en la cuenta de que hacía tres años que no me hacía ningún control.
Una historia que dejó un aprendizaje…
Año tras año, solía hacerme religiosamente todos los estudios que nos toca a las mujeres. Sin embargo, una vez –hace ya un tiempo-, en una charla con amigas, caí en la cuenta de que hacía tres años que no me hacía ningún control.
Pedí turno y comencé con los estudios. Hubo algo que, en un principio, no salió bien. Continuaron los controles. Había que hacer más estudios para determinar si trataba de un tumor maligno o benigno. Se me efectuó una intervención y finalmente el resultado fue negativo. No tenía nada. Fue un susto, al principio, pero también una lección. No nos tenemos que olvidar de nosotras. Desde entonces, año a año agendo con antelación la cita del control médico. Comparto mi historia porque considero los controles médicos son importantes para la prevención.