lunes 20 de enero de 2025
Testimonios de fe

Peregrino en silla de ruedas recorre 230 kilómetros para honrar a la Virgen del Valle

René Barrionuevo, un joven de 32 años, emprendió su duodécima peregrinación desde San Miguel de Tucumán hacia Catamarca en su silla de ruedas. Cargado de pedidos y agradecimientos, espera llegar este domingo a los pies de la Virgen Morenita.

Corresponsalía.- En el marco de las festividades en honor a la Virgen del Valle, René Barrionuevo, un joven tucumano de 32 años, se ha convertido en un símbolo de fe y perseverancia. Por duodécima vez, emprendió su peregrinación desde San Miguel de Tucumán hacia Catamarca en su silla de ruedas, un recorrido de 230 kilómetros cargado de desafíos y emoción.

René comenzó su travesía el pasado 1 de diciembre con el objetivo de participar en la solemne procesión que tendrá lugar este domingo 8 en la capital catamarqueña. Durante el trayecto, transporta en su pecho una mochila especial: “Guardo los pedidos y agradecimientos que las personas me hacen para la Virgen. Este viaje no es solo mío; también llevo la fe de muchos que no pueden llegar”, relata emocionado.

Una travesía de fe y solidaridad

El recorrido de René, que abarca aproximadamente 40 kilómetros diarios, lo lleva a transitar por rutas como la vieja traza de la Ruta Nacional N° 38 y atravesar sectores complejos como la Cuesta del Totoral. Aunque requiere gran esfuerzo físico y mental, René cuenta con el apoyo constante de su familia.

“Hace dos años perdí a mi papá, quien siempre me alentaba a seguir. Ahora mi mamá y mi hermana me acompañan en este viaje de fe. Ellas son mi mayor fortaleza”, compartió.

Además del acompañamiento familiar, René destaca la solidaridad de las personas a lo largo del camino. “En cada parada me reciben con cariño, me ofrecen agua y comida. Los amigos que hago en el camino son lo que más reconforta; es increíble ver cuánta gente solidaria hay”, asegura.

Un compromiso que trasciende

Más allá de su devoción personal, René considera esta peregrinación como un servicio a los demás. “Soy un servidor de los peregrinos y de los devotos. En cada lugar donde paro, la gente se acerca con sus pedidos y yo me encargo de llevarlos a la Virgen. Es mi forma de agradecerle todo lo que me ha dado y de ayudar a otros”.

René espera llegar este viernes al altar de la Virgen del Valle, a tiempo para participar de las celebraciones centrales. “Este viaje es más que un trayecto, es una conexión con la fe, la solidaridad y la esperanza. La Virgen siempre está ahí para nosotros, y esta es mi manera de devolverle tanto amor y protección”, concluye con convicción.

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