Incertidumbre en el Centro de Formación Profesional
Los docentes denuncian que un convenio firmado sin su participación, cedió gran parte de sus aulas a la Facultad de Medicina.
Una situación de desalojo progresivo y falta de diálogo atraviesa el Centro de Formación Profesional, una institución educativa con casi 50 años de trayectoria, según denuncian sus instructores. En conversación con "Mañana Central" de Ancasti Streaming, los docentes Marcelo Chacur, Analía Nieva y Jorge Tapia expusieron el conflicto generado por la cesión de sus espacios a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA), lo que pone en riesgo la continuidad de talleres de oficios esenciales para la comunidad.
La problemática, que según los docentes viene gestándose desde hace tiempo, llegó a un punto crítico en los últimos días con avances sobre nuevos espacios, generando incertidumbre laboral para los instructores y desconcierto en los cientos de alumnos que buscan en estos talleres una rápida salida laboral.
Marcelo Chacur contextualizó el origen del centro y la incompatibilidad actual con la carrera de Medicina, “nuestra institución nació allá por la década del 70, en 1975, para ser más preciso. Hoy por hoy nos encontramos con una situación en la cual la universidad está haciendo posesión de varios espacios que nosotros tenemos. Primero era que se le cedía un cierto sector, pero lamentablemente hoy por hoy están avanzando por más y nos están dejando a nosotros en un espacio muy reducido, siendo que nosotros necesitamos los lugares”.
Chacur también destacó la incompatibilidad física entre las actividades de ambos centros educativos, algo que calificó de “ilógico”.“El Centro de Formación fue creado como aulas-talleres de carpintería, de soldadura. Y hoy por hoy es algo ilógico que pueda convivir una Facultad de Salud con lo que se requiere en salubridad, con un Centro de Formación en donde se enseñan trabajos manuales de carpintería, por lo que son las vibraciones, el ruido, el polvo, creo que no son compatibles. Así que hoy por hoy nosotros nos sentimos medio desalojados de nuestra casa, que bien la supimos obtener”, dijo.
Falta de diálogo
Por su parte, la docente Analía Nieva relató el día a día del conflicto y el encuentro con el director de nivel técnico, el señor Cabrera, quien, según su versión, se presentó con una actitud unilateral. “El señor Cabrera llegó directamente con esa actitud de decirnos que ya era un espacio que él vino a terminar de entregar lo que había en ese convenio”.
El acuerdo mencionado es el núcleo del conflicto. Los instructores aseguran que fue realizado sin su participación y tiene serias fallas. “El convenio dice claramente que es la parte del ISTI y unas aulas de abajo. Sumado a eso, se suma que hay una sola parte de baños, que todo pertenece al Centro de Formación, pero está siendo ocupado también por la universidad. Ese convenio tiene muchas falencias, ya que nunca participó el Centro de Formación Profesional. Porque si es un convenio de ayuda mutua, ¿a dónde está la ayuda hacia el Centro de Formación Profesional?”, cuestionó Marcelo Chacur.
Nieva agregó detalles sobre la falta de información, incluso para los docentes afectados. “La profe de Hortícola por ejemplo, se dio con la noticia ayer de que ya había sido desalojada de su aula”.
Comunidad educativa en riesgo
La preocupación central de los instructores es el futuro de sus alumnos. El docente Jorge Tapia explicó el perfil de los estudiantes y la incertidumbre que los embarga.
“Los alumnos que nosotros tuvimos este año están pensando seguir, porque son alumnos que van y aprenden distintos oficios, entonces nosotros somos esa puerta en la cual ellos golpean y entran para salir desde allí y conseguir una rápida salida laboral. Ellos están con esa incertidumbre de qué va a pasar para el año, lo mismo la tenemos nosotros”.
Tapia también denunció prácticas administrativas irregulares que buscaban mostrar al centro como una institución sin alumnos.
“A principio de año, con la llegada de la normalización, no nos han dejado hacer inscripción; fueron listados de 30, 40 alumnos por taller, pero era un listado falso, porque de 30, 40 alumnos había uno que estaba inscripto, el resto no existía. Entonces vemos desde el principio de año que la intención es mentirle a la sociedad, mentirle a nuestras autoridades de que el centro de formación no tiene alumnos”.
Estabilidad laboral bajo
amenaza
Pese a las supuestas garantías dadas por el director, los docentes no se sienten seguros. Jorge Tapia expresó la angustia que viven. “Si bien el director nos dijo que no nos hagamos problemas por nuestra situación laboral porque de seguir vamos a seguir, pero lamentablemente, como viene la situación, no es tan así. Nosotros nos sentimos muy preocupados, estamos en estado permanente de alerta para ver qué es lo que pasa”.
“No hay sinceramiento, porque si hubiese sinceramiento, tendría que haber algo por escrito y no hay eso. Entonces, eso nos lleva a que nosotros hoy por hoy tengamos que expresarnos en los medios, porque no se acercan al centro de formación a hablar con nosotros y nunca nos dieron un documento con validez oficial, es más, el convenio ese que nos muestran es un convenio que no tiene el sello oval”, manifestaron.
Por último, los instructores del Centro de Formación Profesional dejaron en claro que en ningún momento se encuentran en contra de la universidad, ni en contra de la carrera de Medicina, "simplemente pedimos a nuestras autoridades superiores, gubernamentales que presten un poquito más de atención a lo que quieren borrar, por lo beneficioso que es para nuestra comunidad educativa tanto del centro, como de la provincia”.n