Héctor González, un poblador de Mesada de Zárate, escribió un texto titulado "Mi amigo 'El Mate' hoy está triste" en el que relata las dificultades que están viviendo los habitantes de esa localidad del distrito Fiambalá, en el departamento Tinogasta, a raíz de las tormentas que se registraron la semana pasada. La intensa lluvia que se registró el miércoles dejó a esa comunidad sin luz, Internet y ni agua. Hasta ahora no obtuvieron ninguna solución.
Hoy ya es martes, y es el séptimo día en el que estamos, completamente aislados y parcialmente incomunicados, puesto que la madre naturaleza, ha desatado una serie de tormentas, con mucha actividad eléctrica y abundante cantidad de agua caída, en forma diaria y consecutivas desde el martes hasta el jueves, y de ahí lluvias copiosas, todas ellas a partir de la tarde noche y hasta la madrugada de hoy. Lo que trajo aparejada grandes crecidas de los ríos y por ende las distintas rutas de acceso a la localidad y localidades vecinas, fueron severamente dañadas, como así también el corte del suministro energético y del agua potabilizada, por rotura de su toma.
Ya es media mañana, y desde lo alto de una lomada sentado en un peñasco, en busca de alguna señal, se observa el sombrío panorama del nuevo paisaje Mesadeño. ¿Será por esto que mi amigo “El Mate” está muy triste? y ante una lágrima que dejó caer, le pregunté:
– ¿Qué te pasa amigo? A lo que él me respondió:
_ ¡Sabes amigo!, cuando suceden estas cosas, por más vuelta que le dé al asunto, menos lo entiendo. La gente constantemente habla de los grandes adelantos tecnológicos, de los avances de la ciencia y hablo en todos los órdenes de la vida, por supuesto, y me pregunto ¿Cuándo habrá una solución cuasi definitiva, para contrarrestar los avatares de la naturaleza, que año tras año, sufren y padecen los lugareños de la Herradura del norte Fiambalense? Parece ser un problema de nunca acabar.
Pero en fin, no es eso lo que más me preocupa o molesta, sino la apatía, el desinterés, y hasta te diría que roza el abandono de persona, por parte de algunas autoridades, y cuando digo autoridades, hablo desde los distintos organismos y reparticiones jurisdiccionales, que tienen que tomar cartas en este asunto, puesto que hay familias con niños y personas mayores, que no tienen el líquido y vital elemento en condiciones para su consumo, ya que lo están haciendo del mismo río; otros, que por perdida de la cadena de frío están perdiendo su medicación y algunos alimentos perecederos, como así también graves problemas de humedad en sus viviendas, por las filtraciones y vaya a saber Dios que más.
_ Sii, pero ten en cuenta que es un fin de semana largo, ya verás que el lunes se soluciona todo.
_ Con más razón, ante situaciones de emergencias, como la que estamos pasando, no se puede esperar, porque las necesidades cambian, ya que al no haber transitabilidad, los proveedores no llegan y la gente no pude salir a buscar los víveres y el agua para su normal consumo. Ya debieron estar presentes, pero ni los delegados, devenidos en encargados no lo están, que podemos esperar de los demás.
_ No te preocupes amigo mío y comparto tú tristeza, sólo habrá que armarse de paciencia y se dice, que los mejores tiempos son los que vendrán. Por eso yo cuento contigo, en las buenas y en las malas.
Mi amigo tiene razón, no nos podemos quedar de brazos cruzados, por el simple hecho de tratarse de un fenómeno natural. Pasan los gobiernos y las penurias para los pobladores del norte de Fiambalá en época estival (ahora retrasada), siempre son las mismas. Con la diferencia que ahora se cuenta con maquinarias y distintos elementos, con los que se pueden brindar solución y ayuda a los lugareños, in situ en forma inmediata, sólo falta voluntad y compromiso, de quienes tienen el poder de decisión.
Perdón si hiero alguna susceptibilidad, pero es mi humilde opinión