Desde el punto de vista ambiental, el futuro del planeta se ve amenazado por el cambio climático, pero también por la proliferación de noticias falsas o engañosas que confunden a las personas y debilitan las acciones que se toman para morigerar los efectos del calentamiento global.
Un informe presentado por el Panel Internacional sobre el Entorno de la Información, que es un consorcio internacional de más de 250 expertos de 55 países, dedicado a proporcionar conocimiento científico práctico sobre las amenazas al entorno global de la información, la mayoría de este tipo de contenido falso es difundido interesadamente por empresas de combustibles fósiles, partidos políticos conservadores e incluso algunos gobiernos.
El negacionismo no se reduce a cuestionar la existencia del cambio climático, sino que también va por más intentando desacreditar las soluciones que se proponen. El negacionismo no se reduce a cuestionar la existencia del cambio climático, sino que también va por más intentando desacreditar las soluciones que se proponen.
El negacionismo del cambio climático provocado por acciones humanas es promovido por presidentes de países, como el caso de Donald Trump, de Estados Unidos, y el de Argentina, Javier Milei. Milei ha declarado que “el calentamiento global es otra de las mentiras del socialismo y decidió retirar a nuestro país del Pacto para el Futuro, una iniciativa ambiental respaldada por los Estados que son miembros de la Organización de las Naciones Unidas.
El minucioso trabajo, que analiza cerca de 300 estudios publicados en la última década a partir del método que denominan codificación cualitativa, llega a la conclusión de que “la desinformación erosionó la confianza pública y debilitó la cooperación internacional frente al calentamiento global”.
El negacionismo no se reduce a cuestionar la existencia del cambio climático solamente, sino que también va por más intentando desacreditar las soluciones que se vienen proponiendo para mitigar sus efectos. El informe coloca en ese rol peligroso a compañías energéticas, pero también a la industria de la aviación comercial. Al respecto, indica que el 44% de las declaraciones ambientales de esa industria son engañosas. También coloca en el mismo rol a empresas de áreas como la agricultura o la tecnología.
El informe menciona cómo las teorías conspirativas, el escepticismo selectivo y la desinformación afectan a los usuarios de redes sociales "con baja alfabetización científica" y particularmente a jóvenes. Estas teorías generan desconfianza injustificada en la ciencia y en consecuencia retrasos en la implementación de políticas urgentes en materia ambiental.
El problema es grave y más aún cuando los plazos acechan, porque cada día que pasa las consecuencias del calentamiento global son más dañinas y en algunos casos irreversibles o muy difíciles de revertir. "Tenemos aproximadamente cinco años para reducir a la mitad las emisiones globales, y hasta 2050 para alcanzar la neutralidad. Sin acceso a información veraz, no lo lograremos. Por eso, si no abordamos con seriedad la crisis de integridad informativa, la emergencia climática podría convertirse en una catástrofe irreversible", señala el informe.
El trabajo finaliza con propuestas que son imprescindibles para modificar la tendencia: legislar informes estandarizados y transparentes sobre emisiones; sancionar a las empresas que difundan declaraciones ambientales falsas; fortalecer la alfabetización científica y mediática; y consolidar alianzas entre actores académicos, políticos y sociales.