Luis Alberto “Bebe” Zamora y el policía José Roberto “Pelusa” Perea fueron hallados culpables por el violento robo a la cervecería Quilmes. Ambos fueron imputados por el delito de "robo agravado por el uso de arma de fuego".
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Luis Alberto “Bebe” Zamora y el policía José Roberto “Pelusa” Perea fueron hallados culpables por el violento robo a la cervecería Quilmes. Ambos fueron imputados por el delito de "robo agravado por el uso de arma de fuego".
En marzo último, la Cámara de Sentencia en lo Criminal los condenó a la pena de cuatros años y tres meses y a cinco años de prisión, respectivamente. Los abogados defensores Silvia Barrientos (en representación de Zamora) y Roberto Mazzucco presentaron un recurso de casación. El expediente ya ingresó a la Corte de Justicia para que la Sala Penal se pronuncie.
El asalto sucedió el 20 de octubre de 2018, a las 23.30. De acuerdo con la investigación, el policía que habitualmente permanece apostado en las instalaciones ubicada por avenida Alem al 600 como adicional, se retiró en el horario acostumbrado -a las 23-, y poco después ingresaron los maleantes. Ambos individuos se encontraban vestidos de policías al momento del atraco. Los dos portaban armas de fuego.
El cabo Perea se encontraba de servicio al momento de llevar a cabo el asalto. Habría dejado la moto policial en un lugar para utilizar la otra junto con su cómplice. Fue detenido también mientras se encontraba realizando recorridos por la jurisdicción de la Comisaría Décima para la cual prestaba servicio.
Según la pesquisa, el asalto se perpetró en una moto que fue secuestrada por personal de Investigaciones. El rodado fue entregado a la Policía por una familia en donde Zamora había dejado el rodado los días posteriores al hecho. Los dueños de la casa decidieron entregarla tras conocer que el sujeto, que se había marchado a Santiago del Estero, había quedado detenido.
Perea y Zamora fueron imputados por el delito de "robo agravado por el uso de arma". Ambos se abstuvieron de declarar al momento de las indagatorias. El caso está esclarecido aunque no se haya logrado recuperar el botín, calculado en $1.300.000, según la denuncia penal radicada por la dueña del comercio, Fanny Díaz Dian.
Los investigadores indicaron que dos hombres de aproximadamente 1.70 metros de altura, vestidos de policía, con chalecos antibalas, casco protector y armas de fuego ingresaron rápidamente a las instalaciones y redujeron a la mujer y al empleado.
"Uno de ellos se fue derecho a donde estaba el bolso con la plata. El otro amenazó al empleado, a quien tras hacerlo recostar en el piso le apuntó con la pistola a la cara", informaron a El Ancasti. Otras fuentes vinculadas a la investigación informaron que el hecho fue perpetrado con inusitada violencia y que, a pesar de que no hubo heridos, las dos víctimas "quedaron en estado de shock".
En noviembre de 2020, la Cámara de Apelaciones resolvió otorgarles la excarcelación a ambos acusados tras el vencimiento de la prisión preventiva pese a que la Fiscalía había pedido una prórroga extraordinaria. A finales de marzo último se realizó el debate. La audiencia se realizó en la Cámara de Sentencia en lo Criminal de Segunda Nominación.
El Tribunal de la Cámara de Sentencia en lo Criminal de Segunda Nominación estuvo integrado por los jueces Silvio Martoccia y los subrogantes Rodrigo Morabito y Fabricio Gershani Quesada. El Ministerio Público Fiscal estuvo representado por el fiscal Augusto Barros. La defensa fue ejercida por los abogados del foro local Silvia Barrientos y Roberto Mazzucco.
En la apertura del debate, las partes comunicaron al Tribunal que la intención de los imputados era hacerse cargo del hecho por lo que desistieron de los testigos. Las partes escucharon la confesión de los imputados. Tras la confesión, el fiscal Barros mantuvo la acusación y pidió una pena de cinco años de prisión para ambos.
A su turno, la defensora Barrientos manifestó que Zamora no volvió a delinquir tras haber estado detenido en el penal de Miraflores y que tiene una hija de corta edad. En tanto que Mazzucco sostuvo que Perea robó el dinero "por una cuestión de necesidad familiar" y remarcó que durante su trayectoria como policía "fue intachable, sin sumarios". Ambos defensores habían solicitado que se les imponga la pena mínima.
Los jueces hallaron culpables a Zamora y a Perea por el delito por el que venían incriminados. A la vez, resolvieron una pena de cinco años para Perea y para Zamora, cuatro años y tres meses. Ambos mantienen la libertad hasta que el fallo quede firme.