El Gobierno agotó sus dólares y depende de Estados Unidos
La intervención del Tesoro estadounidense en el mercado de cambios local reveló la crítica situación por la que atraviesa la tesorería nacional para mantener el tipo de cambio dentro de la banda de flotación. El Gobierno había agotado prácticamente todos sus recursos disponibles después de las ventas de dólares generadas por la eliminación temporal de retenciones al sector agropecuario.
Los 2.500 millones de dólares que el Ejecutivo pudo comprar del total de 6.100 millones liquidados por el campo se agotaron en una semana de ventas fuertes en el mercado de cambios. Esto dejó al Gobierno en una posición de vulnerabilidad a diez ruedas cambiarias de las próximas elecciones legislativas.
La llegada de los dólares del Tesoro estadounidense permitió que el dólar cerrara en $1.420, diez pesos por debajo del cierre anterior.
Antes de la intervención norteamericana, el escenario era de grave iliquidez en el mercado financiero, tal como lo describió el propio secretario Bessent.
El tipo de cambio llegó a cotizar a solamente quince pesos del techo de la banda, en un nivel de $1.470, cercano al límite superior de $1.485. El Gobierno había decidido correrse de una enorme posición de dólares a la venta que mantenía en $1.430, permitiendo que el dólar subiera hasta ese nivel para contener presiones.
La dependencia de la asistencia estadounidense marca un cambio significativo en la estrategia del Gobierno para estabilizar el mercado de cambios. Anteriormente, el Banco Central debía actuar directamente vendiendo dólares de sus reservas si la cotización llegaba al techo de la banda, pero esos fondos son escasos y el organismo procura preservarlos.
Bessent, durante sus reuniones con el ministro Caputo en Washington, dejó clara la apuesta política de la administración Trump por la continuidad del modelo de Milei.
El funcionario estadounidense subrayó que los intereses de ambas naciones coinciden en la estabilización de Argentina como socio estratégico regional.
El mensaje de respaldo norteamericano busca enviar una señal de firmeza al mercado ante la volatilidad que caracterizó las últimas semanas.
Sin embargo, la crisis de liquidez revela las limitaciones estructurales de la estrategia económica implementada por la gestión nacional.
La renovación del acuerdo con el Banco Central de China, que mantiene un swap vigente por treinta y cinco mil millones de yuanes desde 2009, se suma ahora a las líneas de crédito estadounidenses como herramientas para sostener la estabilidad del sistema financiero.
Esto demuestra la necesidad del Gobierno de recurrir a múltiples fuentes de financiamiento externo para mantener vigente su política de estabilización cambiaria.