miércoles 15 de octubre de 2025
Doble femicidio en Córdoba

Aseguran que la ex de Laurta vivió 3 años con miedo a morir

La Justicia debe resolver quién se hará cargo del hijo de 5 años. Tiene familia en Uruguay y en Chile.

“Pasó los últimos años de su vida muy asustada, constantemente pensando que este tipo iba a aparecer. Hacía tres años que estaba haciendo denuncias, pidiendo ayuda y que alguien la proteja de este monstruo”, dijo Laura, hermana por parte de padre de Luna Giardina (26), asesinada junto a su madre, Mariel Zamudio (54), en Córdoba.

La mujer relató la angustia que sufría su hermana por las amenazas y el hostigamiento de Pablo Laurta (39), único detenido como principal acusado del doble femicidio. En declaraciones al El Doce TV, Laura contó que Luna venía haciendo denuncias contra Laurta durante tres años y que, a pesar de pedir ayuda en diversas instancias, no recibió la protección necesaria.

“Pedía ayuda, que alguien la proteja de este monstruo y no llegó a tiempo”, expresó Laura, quien vive hace más de dos décadas en Chile. Dijo además que se enteró del caso a través de las redes sociales y que tuvo que buscar información por su cuenta hasta dar con datos concretos sobre lo sucedido en Córdoba.

En ese recorrido, se acercó al Polo Integral de la Mujer, el sitio donde Luna había buscado asistencia. La principal preocupación de Luna, según su hermana, era la seguridad de su hijo de 5 años. “Ella quería proteger a su hijo ante todo. Su miedo más grande era que le hiciera daño a él”, sostuvo Laura.

La mujer explicó que el chico es ahora la prioridad de toda la familia y que esperan una decisión de la Justicia sobre su destino, aunque aclaró que no desean que quede bajo la tutela de la abuela paterna. “Eso está en manos de la Justicia, no lo podemos decidir nosotros, aunque obviamente no queremos que ese sea el destino de Pedrito. Él es nuestra prioridad”, afirmó. Laura fue contundente al hablar sobre la actuación de los organismos de protección. Consideró que los sistemas fallaron al no aplicar las medidas necesarias para proteger a su hermana. “No sé el marco legal, lo que permite o no. Si alguna medida estaba dentro de lo que se debería haber hecho, es inexplicable que no lo hayan ejecutado a tiempo”, dijo.

“Ahora ya pensar en lo que se podría haber hecho no tiene sentido porque no las va a revivir, pero sí a que él pague y que Pedrito pueda vivir tranquilo y en paz donde sea que vaya a residir”, agregó. Consultada sobre el papel de la madre de Laurta, Laura prefirió no entrar en polémicas. Sostuvo que tenía conocimiento de lo que ocurría, sobre todo por las restricciones que sufría Luna durante su paso por Uruguay, aunque evitó juzgarla directamente.

“Podría haber hecho algo, pero bueno, yo no puedo juzgar a nadie y no corresponde, aunque sabemos que se podía haber evitado”, concluyó. La madre del acusado, Estrella Laurta Varela, también habló públicamente tras enterarse de lo sucedido. “No puedo creer que haya parido a un asesino, no es la persona que crié”, sentenció. Desde Canelones, en Uruguay, la mujer dijo que “esto es como esas cosas que pensás que pasan en Netflix -que te parece ajeno-, y hoy no es ajeno, es en carne propia“. A Estrella le costaba hablar, pero fue clara con su mensaje. El hijo de Luna y Laurta es su prioridad: “Hoy mi nieto está solo en el mundo, está sin su madre, sin su abuela y sin su padre, que asesinó cruelmente a la mamá y a la abuela de mi nieto”.

Planificación

Para los investigadores, Laurta planificó los asesinatos de su ex pareja y su ex suegra, cometidos el sábado en la provincia de Córdoba, en la localidad de Villa Serrana. A principios de octubre, el presunto femicida uruguayo utilizó una piragua para atravesar el río Uruguay. Cruzó de Salto a la Argentina y arribó a cercanías de la localidad costera de Puerto Yeruá. Es un punto donde hay apenas unos 800 metros de distancia entre ambas costas. Luego, escondió la canoa en un monte y se fue en micro hasta Concordia. A fines de septiembre Laurta llegó con su vehículo particular a la ciudad uruguaya de Salto, que está enfrentada a Concordia, en Entre Ríos, donde alquiló una cabaña para aprender a remar un bote para dos personas.

Ya en la ciudad, Laurta se contactó con el remisero actualmente desaparecido, Martín Palacio, quien ya lo había transportado en, al menos, cuatro ocasiones anteriores. Le ofreció más de un millón de pesos para hacer un viaje hasta Rafaela, en Santa Fe. Una distancia que en colectivo cuesta cerca de la mitad. En las últimas horas, durante un operativo que se realizaba en el radio donde podría haber desaparecido Palacio, la Policía de Entre Ríos encontró su cuerpo.

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