Juan Carlos Aguilar (53) atacó con golpes de puño a su expareja María Milagros Vázquez (23) hasta desvanecerla, para luego quitarle la vida asfixiándola con sus manos.
La llevó a una zona de monte y la ejecutó. Imputado por femicidio fue trasladado ayer al penal de Miraflores.
Juan Carlos Aguilar (53) atacó con golpes de puño a su expareja María Milagros Vázquez (23) hasta desvanecerla, para luego quitarle la vida asfixiándola con sus manos.
El hombre, conocido como "El Santiago", "Santiago" y ahora apodado el "Chacal de La Suerte", por el paraje donde cometió el crimen ubicado en el departamento La Paz, fue imputado por "homicidio doblemente calificado por mediar relación de pareja y por femicidio, en concurso ideal y en calidad de autor”.
A pedido de la fiscal Jorgelina Sobh se realizó recientemente la audiencia de prisión preventiva y por orden de la jueza de Control de Garantías, Corina Pérez, fue trasladado ayer desde la comisaría de Recreo al penal de Miraflores, donde permanecerá alojado a la espera del juicio.
El sujeto es asesorado por el defensor oficial Gustavo Federico Martínez, mientras que la familia de la víctima se constituyó en querellante particular y actor civil con el patrocinio de la abogada Marcela González.
Según el informe de autopsia y los primeros testimonios, el 13 de julio a la tarde Aguilar trasladó a la mujer en su moto hasta el paraje La Suerte -ubicado a unos 5 kilómetros de Recreo-, con el pretexto de juntar pasturas.
Los dos se internaron en el monte y tras una discusión, porque ella había decidido desde hace tiempo dar por terminada la relación que él se empeñaba en sostener, la atacó con golpes de puño.
Siempre de acuerdo con la reconstrucción que se pudo realizar de lo sucedido aquel día, la golpeó en la cabeza y en otras partes del cuerpo hasta desvanecerla, arrebatándole toda posibilidad de defensa. Aprovechando su superioridad física, "presionó sus manos con fuerza el rostro de María Milagros obstruyendo nariz y boca, hasta que por ese medio y mecánica le ocasionó la muerte".
Esta afirmación se sustenta en el informe de autopsia realizado por el Cuerpo Interdisciplinario Forense (CIF), donde se acreditó que la causa de muerte fue por asfixia mecánica por sofocamiento y obstrucción de las vías respiratorias.
Después de ejecutarla, arrastró el cuerpo más de 10 metros y lo arrojó dentro de una zanja de mediana profundidad para ocultarlo para luego marcharse en la moto que había quedado estacionada en las inmediaciones.
Como se dijo en ediciones anteriores, Aguilar cuenta con un historial de violencia que se inició en Santiago del Estero donde vivió, para luego radicarse en Catamarca.
Fuentes oficiales confirmaron que en el año 2016 fue condenado por violencia de género, siendo que estaba imputado por abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia y lesiones calificadas.
Por otra parte se le realizaron pericias psicológicas y psiquiátricas que expusieron su peligrosidad. Según los especialistas, el sujeto tenía "discurso tipo machista y patriarcal, actitud manipuladora y carencia de sentimientos de culpa y autorreproche".
Se determinó que entendía la criminalidad de sus actos y que presentaba "conductas violentas que pueden ser compatibles con la de un tipo psicópata".
Estas características que desafían a cualquier comunidad fueron reforzadas por una psicóloga, quien determinó que Aguilar contaba con un patrón de inatención y vulneración de los derechos de los demás, incumplimiento de las normas sociales, irritabilidad y agresividad repetida, estrategias de manipulación y de negación, y autoritarismo, entre otros.
El femicidio cometido ocho años después de los informes psicológicos y psiquiátricos son determinantes: Milagros fue sometida a diversas violencias durante décadas en un contexto signado por el hacinamiento, carencias estructurales culturales y económicas, y absoluta ausencia del Estado.
Los argumentos con los que la fiscal pidió la prisión preventiva fueron reforzados por la jueza de Control, quien en su resolución rechazó la oposición presentada por la defensa que solicitó que el sujeto sea declarado inimputable.
El entonces defensor oficial Nieto Ortiz había argumentado que Aguilar "no recuerda el momento de los hechos" porque "no pudo comprender la criminalidad de sus actos", aduciendo que la pericia toxicológica que se realizó horas después del hecho "determina un nivel de 0,70 gramos de alcohol por litro de sangre, correspondiente a euforia".
Informó además que el hombre es diabético y pidió rechazar la prisión preventiva solicitada por la fiscal, solicitando que se le otorgue la libertad o que se fije una caución real o juratoria.
De acuerdo con la información suministrada por el entorno familiar de Milagros, el hombre abusó de la chica desde que ella tenía aproximadamente 13 años, cuando por el ultraje quedó embarazada por primera vez.
La adolescente vivía con su madre, que también era víctima del individuo, y quien llegó a sufrir salvajes golpizas cuando intentó poner fin a la relación.
Fue por uno se esos ataques que terminó condenado en el año 2016, acusado de desfigurarla a golpes de puño y patadas.
Por Carlos Bulacio