La obra de Luciana Jerez y el Grupo Martín Pescador es una ficción ambientada en la histórica casona de Avenida Alem, en tiempos de incertidumbre posteriores al terremoto del 7 de septiembre de 2004. Una experiencia única, para un aforo limitado y una puesta en escena sensorial que se disfrutará todos los sábados de este mes en la Biblioteca Julio Herrera.
Luciana Jerez tenía una idea fija: contar una historia bien catamarqueña que tuviera un impacto directo en la memoria colectiva. El terremoto de 2004 y la emblemática casona de Villa Gadilla se convirtieron en el anclaje perfecto.
"Nosotros hacemos foco en un período de esa casa y ambientamos la obra en 2005, un año después del terremoto que hubo en Catamarca en septiembre del 2004", contó la autora y directora de la obra, en diálogo con Revista Express, acompañada por la productora y asistente, Carla López.
La propuesta es de teatro inmersivo: una experiencia donde la pared entre actor y espectador se derrumba, y convierte al espectador prácticamente en otro miembro del elenco. Todo transcurre en el patio de la Biblioteca Julio Herrera, ambientado como un conventillo que sólo recibe a 30 personas por función.
La experiencia comienza cuando uno cruza la puerta. "No es que me siento ahí y las cosas pasan a la vuelta", explicó Luciana. En "Villa Gadilla", los espectadores son activos. Se mezclan con los personajes (Pocholo, Nélida, Changuito y Coca) que encarnan historias de vida que bien pudieron ser reales en esa mítica casona de Alem y San Martín, pero son una ficción. "Ya de ver la ropa colgada en las ventanas te genera todo un clima de conventillo. Pero además trabajamos con los sonidos, con los aromas, comemos, bebemos. Pasa de todo, realmente te instalás en el espacio", aseguró. El objetivo es que la audiencia se sienta identificada, trayendo la esencia de los pasajes, las veredas y las costumbres del Barrio Alem a la puesta.
Aunque aclaran que la obra es pura y netamente ficcional, los hilos de la realidad están muy presentes. La trama se centra en el conflicto del desalojo, un hecho que sucedió tras el terremoto cuando los habitantes de la casa se resistieron a irse hasta que fueron desalojadosen 2007.
Más allá del drama, la obra también subraya un fuerte mensaje social. “Valoramos la clase obrera, valoramos la gente del interior que venía, que no tenía dónde parar y caía a la Villa para poder trabajar acá en la Capital; y también es como un homenaje a mi papá, que era ocotero”, contó Jerez a RE.
La familia Gallo Gadilla, dueña de la mítica casona, asistió a la segunda función y tuvo devoluciones emocionantes. “Ellos nombraban: 'lo vi a fulanito de tal, lo pude ver a tal otro’, fue un disparador de recuerdos”, agregaron. También recibieron muchas devoluciones en Facebook. “Alguien nos etiquetó y nos dijo: ‘En mi juventud yo pasaba por Villa Gadilla y me preguntaba quiénes eran los personajes, qué comían, de qué vivían... y hoy los vi’. Fue muy emocionante”, contaron.
El proceso de escritura y montaje de la obra tomó aproximadamente tres meses, lo hicieron junto al Grupo Martín Pescador, que lleva más de 50 años ininterrumpidos de teatro en Catamarca, y las entradas para sus funciones de estreno se agotaron rápidamente.
Texto: Peze Soria
Fotos: Ariel Pacheco
La obra se presentará todos los sábados de diciembre a las 21 horas en la Biblioteca Julio Herrera (San Martín 459), y las entradas cuestan $12.000. Se consiguen con exclusivamente de manera anticipada por teléfono al 3834986684.
Actúan: Silvia Pérez, Eduardo Castagnola, Adriana Figueroa, Matías Ovejero.
Escenografía: Graciela Demarchi.
Técnica: Héctor Morales.
Asistencia y producción: Carla López.
Texto y dirección general: Luciana Jerez
