martes 23 de mayo de 2023

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Nicolás Leiva

Entre Miami y Piedra Blanca

Expuso su versión de la "Historia de un día", creada por su abuelo, el artista Laureano Brizuela (1891-1951), que ahora será presentada en el Museo de Bellas Artes y en la Universidad de Tucumán.

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Nicolás Leiva, nieto del fotógrafo, paisajista y artífice de la creación del Museo de Bellas Artes de la Provincia Laureano Brizuela, presentó su propia versión de la obra en óleo de su abuelo, ‘Historia de un día’, que próximamente será expuesta en ese centro de arte y posteriormente, en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).

Radicado en Miami, con más de 33 años combinando estudios, exposiciones, viajes por el extranjero y cortas vacaciones en Piedra Blanca, departamento Fray Mamerto Esquiú, logró darle forma a un deseo, a una necesidad, de retornar a sus pagos a través de un hilo conductor que eligió de entre las creaciones de su abuelo.

Tras meses de trabajo en un taller montado provisoriamente desde hace casi tres meses en casa de su hermana en la localidad chacarera, expuso al público en forma particular su versión de la ‘Historia de un día’, originalmente plasmada en seis óleos que en la que se ve una vieja casona en seis momentos por lo que los llamó: Amanecer, Media Mañana, Mediodía, Tarde, Atardecer y Crepúsculo.

“Durante muchos años busqué la forma de llegar a esto. Para mí fue muy difícil parar todo donde vivo. Dejé a mi patrona y a mi hija que es artista y está filmando una película en Barcelona, porque ellos entendían que yo tenía que venir. Hubo muchas personas que intervinieron, pero mi hermana fue la gestora de todo esto. Estoy en su casa, y un mundo de contención hizo posible que esto pase”, comentó entusiasmado Leiva.

Mientras esperaba la llegada del público a la casona donde vivió parte de su niñez, explicó que lleva 33 años viviendo en el extranjero y que a pesar de haber realizado centenares de muestras y exposiciones de pinturas y cerámica, “esta es mi primer experiencia de este tipo”.

La exposición fue realizada del 12 al 14 de mayo, en la casa ‘Las Higueras’, ubicada en Piedra Blanca, Fray Mamerto Esquiú, por ruta provincial 41.

“La casa ha sido construida por mi padre en 1974, y tiene las puertas por atrás. Quiere decir que las puertas van a la casa, a la casa interna. El edificio está muy bien cuidado por mi hermana y su marido en la jardinería, en todo: ¡es un bombón la casa! Cuando la gente entra se encuentra con telas de casi tres metros de altura apoyadas entre las higueras centenarias y los algarrobos añosos y se sorprende”, comentó.

El formato del patio de la casa es clásico en Las Chacras, y entre las distintas formas y matices podía verse bien a lo lejos sobresaliendo del cordón del Ambato el cerro Manchao, nevado. El rugido del agua en el canal de riego aportó su encanto: “La gente se sumerge en esto, corta el tiempo normal de su vida y entra a un baño de colores”, indicó.

Además, a la propuesta le agregó música suave, que estuvo a cargo de quien hizo una “música orgánica para reforzar más la experiencia”.

“Es como un viaje: al entrar a la casa se dio una pequeña introducción a cargo de la curadora del proyecto, la decana de la Facultad de Arte de la UNT, Silvia Agüero, quien habló de mi abuelo. Y al lado pusimos las seis reproducciones en papel -que traje desde Miami-, papeles sencillos donde están las seis obras de mi abuelo, para que la gente entienda dónde nace esto, cuál es el hilo conductor de este proyecto. Es decir que se trata de una muestra cuidada y controlada en el sentido de que se vea todo armónico, y profesionalmente montada. No se deja ni un detalle al azar”, detalló.

“He tenido otros proyectos sobre todo vinculados a la cerámica en Italia, donde he pasado cerca de 18 años de mi vida produciendo, con proyectos de presentaciones de cerámica y muestras en iglesias de Italia y en Miami. Pero como esto no hice antes. Y es algo que estoy tratando de asimilar, de meter en mi cabeza, porque es el inicio de otros proyectos, el camino de otras cosas que van a seguir con mi obra”, remarcó.

Lo que viene

Hizo hincapié en que la muestra en Piedra Blanca fue la primera de una serie de presentaciones “porque pensamos que van a haber muchas más en los museos del país”.

Remarcó que se trata de un “primer paso en nuevas formas para tentar a la gente, instalando piezas en lugares que no son comunes, combinando los elementos que podemos mover en el marco que nos da la naturaleza, jugando con la luz del sol y las sombras que se mueven con el viento, creando un mundo más, con las cerámicas”.

En este punto destacó el acompañamiento de una artista catamarqueña: “Desde el 19 de enero estoy trabajando con una ceramista muy buena, que es Estela Moreno, quien me asistió en la parte técnica de cocción y preparación de las piezas. Para combinar, en las telas hay como piezas incrustadas, como meteoritos de oro y platino, y otros elementos que hemos realizado con materiales que traje de Italia con los que trabajé durante muchos años. Son metales que al quemarse reaccionan químicamente y producen colores distintos. Tienen como sonidos visuales, extraordinarios”.

Informó que el 23 de mayo la muestra será expuesta en el Museo de Bellas Artes Laureano Brizuela, “que es del Estado, pero yo no he tenido ni tengo auspicio de nadie. Siempre digo que todos los que quieran venir serán bienvenidos”.

La presentación continuará en junio, cuando se conmemore el aniversario del natalicio de don Laureano. “Junto a la Asociación de Amigos del Museo hemos conseguido obras de colecciones privadas de mi abuelo que nunca se han visto en público, y con todo vamos a hacer una muestra. Vamos a ver obras que están dentro de la familia en Catamarca y obras que están en colecciones privadas. Además, intentaremos que la muestra se extienda hasta julio (14 al 23), cuando se realiza la Fiesta Nacional del Poncho”.

Se prevé además que en agosto, la muestra sea presentada al público en las dependencias de la Facultad de Arte de Tucumán. “Para eso estamos buscando que el Estado nos preste las obras con las normas de seguridad que corresponden, para transportar y poner en seguro todas las piezas, para que se conozca la obra de Laureano Brizuela. Hemos conseguido cajones especiales de Tucumán para cada una de las piezas que integran la muestra, y se va a hacer un contenedor general con todo el contenido. Así es la ‘Historia de un día’, que vamos a intentar mostrar en todo el país”, adelantó.

Sin ocultar su alegría por la convocatoria de la primera muestra que visitaron cientos de alumnos locales, de la UNT, docentes, amigos y vecinos, celebró la colaboración de los chacareros y remarcó: “Piedra Blanca es mi lugar en el mundo: siempre vuelvo a Piedra Blanca. Estoy muy agradecido con la gente por su cariño y acompañamiento, especialmente con mi tío, primo hermano de mi padre, Omar García, y a su familia que me ha prestado el espacio para que pueda trabajar en estos tres meses y medio”.

Para finalizar, con inocultable nostalgia manifestó: “Pasé mi niñez y adolescencia en los canales de Piedra Blanca, viendo a muchas de estas personas que hoy me acompañaron. Amigos de mi niñez, donde iba a comer en algunas noches. Es un lugar maravilloso”.

Texto: Carlos Bulacio

Fotos: Ariel Pacheco

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