*Ensayo de Joaquín Quiroga. Aquí la segunda y última parte de esta investigación sobre el histórico paraje minero. La primera parte se publicó en la última Revista Express del domingo 26 de febrero.
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*Ensayo de Joaquín Quiroga. Aquí la segunda y última parte de esta investigación sobre el histórico paraje minero. La primera parte se publicó en la última Revista Express del domingo 26 de febrero.
El Pilciao, además de ser el mayor establecimiento minero del país, atraía a renombrados hombres de ciencia, era un faro encendido que irradiaba cultura, era una meca para todos los científicos, historiadores, periodistas, escritores, arqueólogos, antropólogos, artistas y músicos de la época. Uno de los grandes hombres que llega a visitara Lafone Quevedo, en Pilciao, fue en 1879 el destacado geólogo y minerólogo alemán Luis Brackebusch que brindó un acabado trabajo sobre pozos artesianos y, además confeccionó el primer mapa científico de Catamarca.
Brackebuch fue el primer científico que cruzó el cordón montañoso del Ambato, subiendo desde Pipanaco, Pomán, al Manchao, y descendiendo por Biscotal a Las Juntas, Ambato. Carlos Germán Burmeister, naturalista, que sin visitarlos intercambiaba conocimientos, recorre Tinogasta y cruza a Chile con José del Pino. En 1880 llega a Pilciao el naturalista norteamericano Ernesto White; y el técnico etnólogo J. Brú(1892), realizó en Andalgalá, experiencias sobre pasteurización de vinos, con todo éxito. En julio del año siguiente Lafone Quevedo escribió un documento artículo acerca de “La Vitivinicultura en Catamarca”, con datos sobre productores, calidad y producción de vinos.
En 1879, viviendo en Pilciao, Luis Brackebusch cumple misión dada por el gobierno de Catamarca, estudiando geológica y mineralógicamente el oeste de Catamarca: para ello visitó las sierras de Capillitas, Atajo, Hualfín y Laguna Blanca,; luego en Tinogasta visitó Laguna Colorada, La Hoyada y Laguna Verde, llegando hasta los faldeos de Los Andes, regresando por Chaschuil a Fiambalá. El Ingeniero inglés Ignacio Ricard, que produjo un famoso “informe” de los distritos mineros del país, publicado y difundido por el ministerio del Interior.
En Catamarca las ciencias y la cultura recibieron un gran estímulo con la permanencia de calificados investigadores en la jurisdicción de Pilciao y debido a la empeñosa labor de sus doctos moradores. Uno de los más preclaros fue el enjundioso lingüista, filólogo, arqueólogo, historiador y educador Dr. Samuel A. Lafone Quevedo que inició, en esta etapa prolífica, una serie de aquilatadas publicaciones y convirtió su residencia de Pilciao en el centro más reputado de la actividad etnográfica del noroeste argentino. El gran arqueólogo Juan Bautista Ambrosetti (el museo etnográfico de Buenos Aires hoy lleva su nombre); Adán Quiroga (el Museo de Catamarca lleva su nombre), arqueólogo, lingüista, periodista, músico, poeta, antropólogo, doctor en derecho, folklorista, historiador, quien siempre mantuvo un constante intercambio de información de la investigación y los descubrimientos con Lafone Quevedo. En 1892, Gunardo Lange, que con Lafone Quevedo investigaron las ruinas de Guatungasta y Batungasta, en esa misma época, el Dr. Francisco P. Moreno (el Perito Moreno), el antropólogo Ten Kate, el geólogo Rodolfo Hauthal, y el arqueólogo GunardoLange, exploraron Andalgalá y la región de Aconquija, entrevistando a Lafone Quevedo en Pilciao. La segunda misión al noroeste enviada por el Instituto Geográfico Argentino fue dirigida por el arqueólogo Juan B. Ambrosetti, que cumplió su cometido entre noviembre de 1896 y abril de 1897;formaban parte de la expedición: Emilio Budín, Federico Boltmer y Santiago París. En 1896 una excursión arqueológica por Pomán y Tinogasta hasta el valle de Abaucán del Dr. Adán Quiroga y en 1989éste con el naturalista Eduardo L.Holmberg al pueblo prehistórico de La Ciénaga.
Una anécdota: Narra el Dr. Luis Brackebusch que él sale deAndalgalá camino a Pilciao,sin conocer y sin acompañante, en medio de esa soledad y a casi 20 Km. de viaje, escuchaba música de Beethoven y más a medida que avanzaba, creyó que había contraído la “locura del desierto”...al llegar a Pilciao se encuentra con toda una orquesta y Lafone Quevedo, dirigiendo un ensayo.
La proficua labor como escritor de Lafone Quevedo, hace conocer Catamarca a través de sus trabajos: “Londres y Catamarca”;“Tesoro de Catamarqueñismos”; “Relación histórico-descriptiva del mineral de Las Capillitas y de sus Ingenios en Andalgalá” (1894); “La raza americana de Brinton” (1894); “Historia de la Virgen del Valle” (1891) y varios trabajos más, cartas publicadas en La Nación. En Andalgalá fue pionero en una sociedad arcaica; ayudó a construir la primera Escuela Superior, fue mentor del primer Club Social, autor y actor de las expresiones artística-cultural que transformó Andalgalá. Su investigación arqueológica es conocida mundialmente y por su famoso ”Disco de bronce” pieza única, admirada universalmente, y que guarda el Museo de La Plata, allí como director , terminó sus días un 19 de junio de 1920,35 años vividos en Andalgalá, lo convirtieron en un visionario del futuro minero de Catamarca. Por estar asociado con Schikendantz, Don Samuel se traslada a vivir en el Mayorazgo de Huasán, allí fue encontrada la famosa urna Blamey. Su sobrino, Ricardo Blamey Lafone, dicen que nació en Andalgalá en 1877, pero yo he visto su partida de bautismo, donde consta que nació en Broad Street, Penryn, Condado de Cornwall. Creo que se recibió de abogado, prestigioso músico y compositor. Ricardo fue el autor de "Rapsodia Andalgalá" y "Escenas catamarqueñas". En 1918, siendo soltero, murió en Dakar, Sudáfrica.
Don Samuel Lafone Quevedo tenía fundamentos para aseverar que todo el Oro de Perú, trabajado y laminado por grandes artesanos en Cuzco, era materia prima procedente del Calchaquí. Ya cuando el Adelantado Diego de Almagro se encontraba en Tupiza, preparando la primera expedición castellana a tierras del Calchaquí y Chile, interceptaron a la comitiva que transportaba el tributo al Inca, y les dijo a los suyos para estimularlos: “esto es parte mínima del Oro que allí encontraremos”. Yo he leído al más grande historiador de Chile: Diego de Rosales (1601-1677), reeditado por Vicuña Maquenna (1870), quien tuvo en sus manos los escritos de los cronistas que acompañaron a Almagro, y que coincide con el informe del gobernador Ramírez de Velazco: ”e oydo decir al capitán Blas Ponzey a otras personas que poblaban en Londres, provincia desta gobernación de Tucumán por governadores y capitanes del ingá del Cuzco señor del Piru y que cobraban en oro y plata sus tributos y los enviaban al ingá sacados de las minas deste Londres y que al tiempo que pasó el adelantado almagro, estos ingas enviaban una parte a su señor el ingá... en noventasandas que llaman aquí angarillas, ...y en cada una de éstas yban de justo nobenta millpesos de oro fino de veynte y dos quilates en tejuelas y cada tejuelo pesaba sesenta y dos pesos de oro yyba marcado con la marca del Ingay hazia e tambo del toro camino rreal del ingá labrando a mano de más de cinquenta pie de ancho que yo le he visto.
Ramírez de Velazco (1587)
Don Samuel Lafone Quevedo, todo un visionario del futuro minero de Catamarca, en sus memorias en 1914,escribió:“Me retiro de ésta, mi patria chica, porque las enfermedades están haciendo mella en mi salud. No puedo cumplir mi sueño de la Gran Minería que he buscado afanosamente, masyo se que algún día vendrán hombres inteligentes capaces de demostrar que todo el oro del Perú, salió de algunos de éstos territorios del Calchaquí”.
Samuel Lafone Quevedo (1914)
Por su historia y por lo que significó El Pilciao, merece ser aprovechada para ponerla en valor y mostrar a todos los ciudadanos que deseen visitarla, explicar lo que fue y mostrar lo que quedó, para que las actuales generaciones aprecien el significado de los orígenes de la gran minería en el paísy todo lo que generó. Y hacer conocer a los pioneros de la minería industrial que radicó importantes emprendimientos empresariales en el suelo de Andalgalá: Manuel Malbrán; Anselmo Segura; Lafone Quevedo; Adolfo E. Carranza; Hns. Molina entre los más significativos... El Pilciao es un gran producto turístico, para ponerlo en valor, ya se hizo gestiones en Vialidad provincial para que estudie y construya un ingreso por la parte más conveniente, que acortaría varios Km. desde la ruta.
En tiempo que se facilite el ingreso se debe tener tomadas todas las precauciones y previsiones para que se preserve el sitio, que nadie pueda tocar los ladrillos refractarios ni llevarse ningún souvenirs, controlar el tema basura, fuego, etc. y de a poco se podrá ir construyendo una sala de interpretación y un pequeño museo de sitio con: fotos, muebles, herramientas que pertenecieron al Ingenio, la campana de su iglesia y algunos instrumentos musicales que estamos recuperando. Mientras tanto debiera conservarse en el museo “Lafone Quevedo” de Andalgalá, allí, hace unos años, deposité unas 20 fotografías ampliadas de piezas de la colección Lafone, que saqué en el museo de La Plata. Dios quiera que algún día podamos concretar todo esta idea de recuperación de El Pilciao.
Estamos realizando un estudio y haremos sugerencias que irán plasmadas en la segunda parte de este proyecto.
“La mega minería convoca al Mundo al cambio cultural”.
Bibliografía: Lafone Quevedo; Adán Quiroga; Ramón R. Olmos: G. Pérez Fuentes; Gaspar H. Guzmán; Rodolfo Raffino; M.Gershani Oviedo; Raúl Argerich; P. Álvarez de Figueroa.