viernes 29 de marzo de 2024

El periodismo

Una pluma, una voz, una imagen, son acciones que representan “la profesión más linda del mundo”, dijera Gabriel García Márquez, quien usó esa frase para describir el periodismo y que hasta el día de hoy, muchos siguen utilizando.

Actualmente, pasaron 212 años de la fundación del primer diario argentino “La Gazeta de Buenos Aires”, fundada por Mariano Moreno un 7 de junio de 1810, año de la Revolución de Mayo. Ese mismo día, el revolucionario escribió: “El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de estos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal” (sic), una de las citas del editorial con el que Moreno inauguró la Gazeta. Un diario que abrió sus puertas en la cuna de la Revolución que finalizó con la declaración de la independencia argentina. Si bien, pasaron más de 200 años y el contexto histórico y cultural ha cambiado, lo cierto es que el periodismo no deja de perseguir ideales, que tal vez, representen una utopía poder llevarlos a cabo, ya que la verdad, la justicia y la transparencia no dejan de ser asuntos subjetivados a los ojos de quien los mire.

Demasiadas citas y frases han tratado de describir el periodismo, una profesión, una carrera, una pasión y hasta una forma de vida, que resulta difícil explicar tamaña responsabilidad en una sola palabra. Más si quien trata de hacerlo es aquel quien la ejerce.

Años más tarde, Rodolfo Walsh sostendría sobre su rol como periodista, en la Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar “sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo, dar testimonio en momentos difíciles”, cargado de ideología y de firmes convicciones, el periodista nuevamente deja su firme compromiso con firmeza de “creer en el derecho de cualquier ciudadano a divulgar la verdad que conoce, por peligrosa que sea”. Es Walsh quien nuevamente deja la vara del periodismo tan elevadamente difícil de alcanzar, pero deja de manifiesto la relevancia y el rol fundamental de los periodistas en los momentos más difíciles y tiranos a lo largo de la historia argentina.

Los tiempos han cambiado, las máquinas de escribir se convirtieron en computadoras, hay radios que cambiaron antenas por streaming, los noticieros se transmiten en redes sociales y los cambios continúan gestándose a medida que los avances tecnológicos van brindando nuevas y creativas maneras de que un periodista pueda brindar su información y su visión del mundo. Aunque nada podrá cambiar la adrenalina que genera la cobertura de una buena noticia, esa que al día siguiente saldrá en la tapa, esa que tal vez, brinde la oportunidad de cambiar algo.

No deja de ser un interrogante sin respuesta, si en el fondo de cada estudiante de periodismo hay un chico o una chica que tiene la esperanza de lograr alcanzar un mundo mejor y más justo. Es un interrogante difícil de responder, pero no deja de brindar esperanza y optimismo, al desarrollo de una profesión que sin duda requiere de gran valentía, ya que una escena, miradas, un par de palabras, una pregunta incómoda, un techo en mal estado, un joven que obtuvo un premio, entre tantas otras cosas, no dejan de ser noticia a los ojos de un buen periodista.

Quedan muchas discusiones por gestarse sobre esta profesión, que tantas veces fue teñida de sinsabores, interminables horas de espera, incertidumbre, adrenalina, etc., aunque nada de eso ha logrado detener al periodismo, ya que se ha convertido en el cuarto poder, porque lo que nadie puede discutir es la relevancia de contar con la información.

Puede ser “la profesión más linda del mundo” o “la oportunidad de cambiar algo cada día” o “la artillería de la libertad”, entre tanto que se ha dicho sobre el periodismo. Lo cierto es que los periodistas no dejan de ser personas viviendo en un aquí y ahora, tratando de relatar lo mejor posible los sucesos, sin dejar de estar atravesados por su subjetividad, pero evitando la tibieza y reafirmando su compromiso con la tarea que llevan a cabo.

Por eso les deseamos un muy feliz día, a todos aquellos que llevan adelante esta gran labor.

Texto: Noelia Tapia López

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