Los cambios constantes en la vida determinan que sea poco probable que los logros obtenidos hasta aquí se mantengan en el tiempo repitiendo los mismos planes. No siempre todo es como lo vimos en su momento ni todos son como aparentan o como nosotros los recordamos. La misma pandemia vino a desafiar muchas creencias que teníamos en la vida. Por ejemplo, que somos vulnerables ante todas las situaciones, que nuestra rigidez nos produce una falsa sensación de control, que anula el aprendizaje de soltar el pasado.
Por eso, mujer emprendedora, tienes que cambiar permanentemente tus proyectos porque nada es para siempre. No te ates a tus glorias. Cada experiencia desafiante nos enseña a innovar y desechar planes exitosos en el pasado pero que han dejado de serlo en vista al futuro.
Los objetivos se logran modificando los planes originales. En el área comercial, la timidez, vacilación o la prudencia suelen ser peligrosas ante el cambio permanente. Calcula las opciones de éxito se audaz. Evalúa los riesgos, piensa en una estrategia, un plan B para minimizar las perdidas. Identifica ¿Qué es lo que tienes? ¿Qué te da miedo? ¿Cuáles son las limitaciones y debilidades?
Evitemos tener miedo de forma anticipada. No sirve de mucho declararse emprendedora si no se pasa a la acción. Deja de justificarte materializar tu ideas. Una última sugerencia rodéate con gente que te hable de proyectos y no de personas.