viernes 29 de marzo de 2024
Salud

Apuntes sobre el narcisismo

Por Redacción El Ancasti

Que estamos rodeados de personas narcisistas nadie lo duda. En realidad, esto siempre fue así; pero tal vez hoy queda en evidencia debido a las redes sociales donde la gente, al interactuar, deja en evidencia su forma de ser. 
El narcisista cree que es el mejor y que los demás no están a su altura. ¿Cómo se forma esta personalidad tan particular? Muchos padres, tal vez sin ser conscientes, han “narcisizado” a su hijo o hija. Ellos le han transmitido la idea de que es el único que vale y los otros no valen lo suficiente. Esto se logra básicamente dándole todo servido en la mano, satisfaciendo todos sus caprichos, dándole la razón en todo (mientras que el mundo está equivocado).
Así el niño se coloca, ya desde la temprana infancia, emocionalmente por encima del resto de la gente. Entonces la criatura, que es puro narcisismo, dirá: “Este es mi juguete”, y no lo compartirá con nadie. Desde pequeños, nuestros hijos van aprendiendo a compartir, a ser solidarios, a mirar al otro, a aprender que el error no nos hace menos que otros. Pero esto no ocurre cuando un niño es “narcisizado” por sus padres.
El narcisista no tolera el error, razón por la cual siempre le echa la culpa a alguien de todo lo que no funciona en su vida: “Vos me trataste mal… fue él… fue ella”. Porque no es capaz de asumir la responsabilidad de su propia vida, que cree que es infinitamente mejor que la del resto de la gente. En cambio, quienes tienen buena estima asumen sus errores sin problemas, así como también sus aciertos. 
Pero, ¿no es que uno debe amarse a sí mismo como dijo Jesús?, tal vez preguntes. ¿Cuál es la diferencia entre narcisismo y egocentrismo? Narcisismo y egocentrismo es la misma cosa: el centro del ego, del yo. Diferente es la autoestima que, cuando está en su justo equilibrio, lleva a la persona a decir: “Yo valgo, y vos también valés. Me amo de forma sana, conociendo mis puntos fuertes y mis puntos débiles; como resultado, puedo amarte a vos y aceptarte tal como sos”.
El narcisista se ama desmedidamente y se valora en exceso, lo cual alimenta la creencia de que el otro no vale y es solo un objeto a usar que tiene que aplaudirlo y celebrarlo. En eso consiste el narcisismo. Y, seamos conscientes o no como mencionamos, ¡estamos rodeados de narcisistas! ¿Cómo deberíamos actuar en un ambiente donde encontramos este tipo de personalidad?
Fundamentalmente no enlazándonos con sus actitudes egocéntricas que transmiten el mensaje: “Acá estoy yo, mírenme”. Y, sobre todo, recordando que se trata de un ser humano con un gran vacío de su propia mirada, de su deseo interno, de su voz interna (lo que nos permite amarnos). El narcisista no es consciente del dolor que causa en los demás con su manera de actuar debido a su vacío emocional que necesita llenar con la mirada del otro. 
Y, si bien todos podemos tener un pequeño narcisismo ocasional de corta duración, el narcisista tóxico no cambia porque, al no hacer introspección, no puede reconocer su egocentrismo. Por eso, no intentemos cambiarlo y ¡no caigamos en su juego!
 

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