martes 11 de febrero de 2025
historia

Después de la fundación de Catamarca… ¡más conflictos!

Fernando de Mendoza Mate de Luna “no fundó nada”, afirmó contundentemente en 1916 Antonio Larrouy, autoridad en la ciencia histórica, al referirse a la fundación de la ciudad de San Fernando de Catamarca. Por Marcelo Gershani Oviedo (*)

Por Redacción El Ancasti

El origen de la ciudad de San Fernando constituye uno de los eventos más originales en el marco del proceso de colonización llevado a cabo por la corona española en el territorio que hoy comprende la República Argentina. Y esa originalidad nos motiva a revisar permanentemente la documentación y las interpretaciones que de la misma han hecho los historiadores en distintos momentos.


Efectivamente, Mate de Luna “no fundó nada” porque no debía fundar nada. Debía trasladar la desierta ciudad San Juan Bautista de la Rivera de Londres, que “no tiene forma de población ni merece el nombre de ciudad”, desde Pomán, donde había sido fundada en 1633, a la pujante Población del Valle, en el actual San Isidro, en Valle Viejo. Ese traslado fue ordenado por el rey de España Carlos II, el último monarca de la Casa de Austria, en una Real Cédula del 16 de agosto de 1679. Quien debía cumplir con este mandato de la Corona fue el gobernador del Tucumán Fernando de Mendoza Mate de Luna, pero no lo cumplió. Lo que se acaba de mencionar no es detalle menor. El gobernador del Tucumán debía trasladar, por orden del rey, la ciudad de Londres de Pomán al Valle de Catamarca, es decir, a la Población del Valle, pero no cumplió con ese mandato. Decide fundar una nueva ciudad con un nuevo nombre. Tenemos entonces que San Fernando de Catamarca es producto de una desobediencia al rey. Mate de Luna explicará al monarca los motivos por los cuales no cumplió con lo ordenado, confirmando lo que venimos sosteniendo: el origen de nuestra ciudad se fundamenta en una desobediencia.


Los vecinos, luego de la ceremonia de 1683, no abandonaron su residencia de Las Chacras, a pesar de haber recibido solares en el sitio de la nueva fundación. Pero algo importante había sucedido para determinar esa demora en establecerse en el sitio elegido por Mate de Luna. Enterado el cabildo riojano de la decisión de trasladar Londres al Valle de Catamarca, entendieron que esta medida afectaba principalmente los intereses de La Rioja, que perdía la porción más fértil de su territorio extendida desde el pueblo de Choya hasta la hacienda de Chumbicha. Por tal motivo, el Cabildo riojano formuló reclamación en 1678, pero como los trámites se dilataron, el gobernador Fernando de Mendoza Mate de Luna procedió en 1683 a ejecutar la Real Cédula de 1679 y, en vez de trasladar la ciudad de Londres, fundó nueva ciudad que bautizó con su nombre de pila, San Fernando, en el Valle de Catamarca. La queja riojana tuvo por efecto la suspensión del traslado, a través de una Real Cédula de 1681, pero la noticia llegó cuando el hecho estaba consumado: la ciudad de San Fernando ya estaba fundada. Sin embargo, sabemos por una carta del cabildo catamarqueño al rey que luego de la fundación, “se suspendió la continuación de su población por nueva cédula en que Vuestra Real Majestad mandó que en el estado en que se hallase la mudanza de esta ciudad se suspendiera y diera cuenta”. Esto es muy importante, porque el reclamo riojano complejizó aún más el enrevesado proceso fundacional de nuestra ciudad. Es decir que, de haberse cumplido la voluntad del rey en 1681, ¡nuestra ciudad no hubiese existido hoy! Se recurrió a nuevos asesoramientos y dictámenes y finalmente Carlos II, por Real Cédula de 1690, aprobó la continuación del traslado de la ciudad de Londres al Valle de Catamarca.


Pero no solo impactaron en los inicios de la ciudad de San Fernando las órdenes del Rey y de los Gobernadores del Tucumán, sino también decisiones internas, propias del cabildo catamarqueño. A pocos meses de la fundación, el 30 de octubre de 1683, los miembros del Ayuntamiento afirmaron que el sitio elegido por Mate de Luna no era adecuado y a principios del año siguiente, 1684, se eligió un nuevo sitio, distinto al elegido por el fundador. Esto es en verdad significativo. Los propios vecinos, contemporáneos a Mate de Luna, no reconocían como válido lo actuado por la máxima autoridad de la Gobernación. Un par de años después, más precisamente el 17 de diciembre de 1686, el Gobernador del Tucumán Tomás Félix de Argandoña dejó constancia que visitó el Valle de Catamarca y que aún no estaba poblada la ciudad en el sitio elegido por Mate de Luna. Convocó a un cabildo abierto al día siguiente, 18 de diciembre, al que asistieron 58 personas. La gran mayoría resolvió que el sitio definitivo para la ciudad debía ser en Valle Viejo.


            Y el sitio elegido por Mate de Luna continuaba despoblado. Recién el 1 de enero de 1694, el teniente de gobernador de San Fernando, Bartolomé de Castro, obedeciendo el mandato del gobernador Martín de Jáuregui, emitió un bando en la Población del Valle intimando a los vecinos a edificar sus casas en la ciudad de San Fernando “y a instalarse en ellas, so pena de pérdida de feudo para los encomenderos y de los solares repartidos para quienes no lo fueran”. Recién en 1695 se ocupó el lugar señalado por Mate de Luna. El 7 de abril de ese año se estableció, en el sitio que hoy ocupa, la ciudad de San Fernando, en el Valle de Catamarca, luego de ser trasladada en procesión, desde el Valle Viejo, la Imagen de Nuestra Señora del Valle.


Tenemos entonces que la actual ciudad de San Fernando fue habitada, no por decisión espontánea de los vecinos, sino por una orden del Gobernador del Tucumán. Dicho en otras palabras, los habitantes de la Población del Valle no querían avecindarse en el sitio elegido por Mate de Luna. No en vano residían en el generoso suelo de la Población del Valle desde hacía casi un siglo y conocían de las bondades del clima y de la tierra. Pero otra vez advertimos las decisiones de un gobernador del Tucumán determinando el curso de la historia de Catamarca. No podemos negar, al momento de repasar la historia de la fundación, que la partida de nacimiento de nuestra ciudad registra acontecimientos originales, cuando no conflictivos. Cuando la mayoría de las ciudades fueron fundadas en un solo acto administrativo, nuestra ciudad de San Fernando, por el contrario, fue el resultado de órdenes, contraórdenes, desobediencias, traslados y caprichos. Si Mate de Luna hubiese cumplido con la cédula de 1679 “no tendría el Gobernador la gloria de llamarse fundador”, por lo que “un explicable amor propio le habría inducido en consecuencia a buscar un nuevo emplazamiento para la ciudad”, como dice el historiador Juan Pablo Vera.
 
(*) Licenciado en Historia. Magíster en Historia Regional Argentina. Docente-Investigador en Departamento Historia-Facultad de Humanidades-Universidad Nacional de Catamarca. Presidente del Centro de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Catamarca. Miembro de Número de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca.
 
 

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