viernes 29 de marzo de 2024
CINE

Una fábula de amor bajo el agua

Por Redacción El Ancasti

Puntaje: 5 (cinco)*
La Forma del Agua (The Shape Of Water, Estados Unidos, 2017) Dir. Guillermo del Toro. Guión: Guillermo del Toro y Vanessa Taylor. Con Sally Hawkins, Doug Jones, Octavia Spencer, Michael Shannon, Richard Jenkins. GANADORA DE 4 OSCARS (Mejor Película, Mejor Director, Mejor Banda de Sonido Original y Mejor Diseño de Producción)

*VALORACIÓN 1: Mala. 2: Regular. 3: Buena. 4: Muy Buena. 5: Excelente

La primera película de Guillermo del Toro que vi fue una historia de terror gótico, ambientada en un orfanato en plena guerra civil española. Se trataba de El Espinazo del Diablo (2001) que mezclaba un espeluznante cuento de fantasmas con un relato demasiado real por su crueldad. Desde ese momento decidí ver cada película de este director que supo cautivarme con una historia que, a mi parecer, combinaba a la perfección la fantasía con la realidad.
Dieciséis años después el maestro perfeccionó su técnica porque La Forma del Agua tiene esa sutileza de contarnos una historia tan fantasiosa como real y, si aceptamos su lógica, el relato fluye sin obstáculos, generando una empatía especial con lo que va sucediendo en la pantalla.
Este romance entre un monstruo acuático capturado en un laboratorio secreto del gobierno y una simple empleada de limpieza que además es muda se da de forma natural no solo por obra de del Toro sino también por las increíbles actuaciones, y un equipo de maquillaje y efectos visuales sin igual.
La interpretación de Sally Hawkins como Elisa, la solitaria heroína de este relato, es increíble. Su personaje no emite palabras, pero su rostro, sus gestos y su cuerpo hablan por sí solos. Simplemente brillante. Por su parte, como antagonista, Michael Shannon siempre da cátedra. Acá es un tipo malo hasta la médula, pero sus acciones están justificadas por una ideología tenebrosa que se manifiesta en puro odio y discriminación. 
Del mismo modo, Octavia Spencer y Richard Jenkins se lucen en sus papeles de reparto y acompañan la historia con grandes dosis de humor y mucho sentimiento.
Todo el que haya visto alguna película de Guillermo del Toro reconoce su mano desde el primer fotograma porque sus historias tienen un concepto visual extravagante, y esta cinta no es la excepción. Su diseño de producción, ambientado en la década del sesenta, es hermoso y cuidado hasta el mínimo detalle. Verdes y azules copan la pantalla pero el rojo hace su aparición para resignificar el amor y la pasión de la pareja principal. 
En música, Alexandre Desplat nos regala una banda sonora bella y nostálgica que nos conduce por la historia y nos envuelve como el agua a los protagonistas. Tal es el efecto que tiene su música que, si no fuera imposible, apostaría que Desplat compuso cada sonido debajo del mar.
Este film representa la historia de un amor diferente pero también habla del amor y las diferencias. Sus protagonistas son diferentes y se aman por ello, mientras que los antagonistas no toleran un mundo distinto a su estrecha visión y lo combaten con odio. Dos caras de una misma moneda, que, lamentablemente, no están nada alejadas de la realidad.
Por eso, me gustaría que vean esta película, no porque haya ganado sus merecidos Oscar (que por supuesto le dan prestigio y visibilidad), véanla porque es un cine diferente que pocas veces se ve en las salas, y porque aborda con verdadero lenguaje audiovisual una historia atrapante.
La Forma del Agua es un film que no estamos acostumbrados a ver pero que aun así reúne lo que queríamos ver y no lo sabíamos hasta el instante mismo en que nos adentramos a su historia: Una fábula con nostalgia cinéfila; un romance a pura fantasía y erotismo; una crónica de espionaje, traición y muerte; y un cuento de realismo mágico hecho película.

Lidia Coria
Twitter: @liXoria
Facebook: Cinéfilos a Bordo  
 

Seguí leyendo

Te Puede Interesar