La pobreza ya afecta al 44,3% de la población del Gran Catamarca, informó ayer el INDEC sobre la base de datos relevados en el segundo semestre del año pasado. La indigencia es del 6,6%. La cifra de la pobreza representa un incremento de 4 puntos respecto del 40,3% que se había detectado en el primer semestre de 2022. Y es un 4,3% más en comparación con el segundo semestre de 2021.
Con respecto a la indigencia, hay un descenso en relación con el primer semestre del año pasado cuando los datos indicaban que el 7,8% de las personas eran indigentes. Es decir que bajó un 1,2%. El descenso es mayor si se compara con el segundo semestre de 2021 cuando la indigencia fue del 10,8%, o sea que la disminución es del 4,2%.
Los datos estadísticos marcan que en el Gran Catamarca que corresponde al Valle Central, hasta diciembre de 2022 había un total de 23.062 hogares pobres, lo que implica 101.572 personas bajo la línea de pobreza. Dentro de este universo hay 3.595 hogares bajo la línea de indigencia y 15.189 personas indigentes.
El senador nacional Flavio Fama se refirió al crecimiento de la pobreza. "Esto nos convierte en la segunda provincia más pobre de la región y con un porcentaje de pobreza superior no sólo al del NOA sino también al porcentaje de todo el país", aseveró en la red social Twitter.
En el país
La pobreza ya afecta al 39,2% de la población argentina. Representa un incremento de casi tres puntos respecto del 36,5% que se había detectado en el primer semestre de 2022.
En total, en los aglomerados relevados por el INDEC, hay 11,5 millones de personas en situación de pobreza, de los cuales 2,4 millones son indigentes, de acuerdo con la estadística oficial.
La cantidad de pobres es mayor, ya que la muestra del INDEC solo releva un universo de unos 30 millones de personas, cuando la cantidad de habitantes de la Argentina supera los 45 millones.
Las cifras del INDEC abarcan a una parte de la población, por lo que si se proyectan a todo el país la cantidad de pobres rondaría los 17,6 millones de personas.
Los datos se conocen en medio de un escenario marcado por la sequía, los salarios en baja y una inflación que no da tregua.