El escandaloso robo de veinte kilómetros de tendido eléctrico en Pomán puso en el tapete el crecimiento de este tipo de delitos, el cual está asociado a un mercado negro que predomina en diferentes puntos del país.
El escandaloso robo de veinte kilómetros de tendido eléctrico en Pomán puso en el tapete el crecimiento de este tipo de delitos, el cual está asociado a un mercado negro que predomina en diferentes puntos del país.
El 12 de enero policías de la comisaría de Saujil arrestaron a cinco personas que se conducían en una camioneta Volkswagen Saveiro blanca con un tráiler, en el que transportaban treinta rollos de cable de media tensión. La investigación realizada por la Fiscalía de la Segunda Circunscripción Judicial pudo determinar que esta banda habría comenzado a delinquir desde diciembre, desmantelando la red eléctrica en un tramo comprendido entre Saujil y Andalgalá, sobre la ruta provincial 46.
A su vez estas personas tenían vinculación con un nexo en la Capital por lo que el miércoles se hicieron dos procedimientos en el sur de esta ciudad. El saldo fue el arresto de un hombre de 56 años y además el secuestro de seis tensores y varios rollos de cables de aluminio. También fue allanado un comercio dedicado al acopio de metales.
A estos elementos se sumaron las dos motosierras Stihl, dos amoladoras Black&Decker y Dewalt y otras herramientas incautadas en domicilios de la localidad pomanista de San Miguel.
La Fiscalía trataba de determinar la participación de cada uno de los arrestados para definir la imputación y no descartó, además, que haya más involucrados.
El robo de cables tomó otra dimensión en la provincia y prueba de ello es el aumento de casos reportados por la policía.
Según informó EC SAPEM, los 20 kilómetros de tendido eléctrico robados alimentaban a emprendimientos productivos. En el mercado local, el metro de cable de aluminio desnudo (sin cubierta) de 50 milímetros de espesor cuesta 4.032 pesos. Así, los 20 kilómetros robados estarían valuados en más de 80.640.000 de pesos.
La semana pasada también la policía informó de otros hechos que no tuvieron la magnitud de lo ocurrido en Pomán pero que sí generaron un perjuicio en los usuarios.
Hace una semana en el barrio Parque América, la policía logró arrestar a dos personas que estaban intentando cortar cables del tendido eléctrico.
El martes a la mañana, un sujeto de 23 años fue arrestado en el barrio 9 de Julio cuando huía con un bolso con tres rollos de cable.
El viernes 12 en Villa Parque Chacabuco fue arrestado un hombre de 30 años cuando junto a dos personas intentaban robar cables de un monumento.
Rosario es considerada la capital nacional del robo de cobre, según un monitoreo realizado por la empresa Telecom el año pasado.
Esta realidad se repite en otras provincias y con un notable incremento desde el aislamiento social, preventivo y obligatorio.
En suelo rosarino la más afectada es Telecom que, a finales del año pasado, registraba los siguientes números: en agosto 158 robos, en septiembre 244, y hasta octubre llevaban 195 registrados.
En Chubut, además de los robos de cables también ocurren en los transformadores eléctricos.
En Neuquén, Buenos Aires, Mendoza, Río Negro, Córdoba y Chaco también se reportó un incremento en este tipo de robos y que significan un problema para las fuerzas de seguridad.
Según las investigaciones existen tres fases del delito:
En primer lugar, aquellos que roban el tendido del cable, luego están aquellos se encargan de la compra del material robado y posterior almacenamiento.
El último eslabón son los talleres de fundición en donde separan el cobre del aislante para la posterior venta.