Gerónimo Ahumada perdió a su mujer y a dos hijas con el alud del 23 de enero de 2014 en El Rodeo. Consternó a toda la provincia con su minucioso relato, que expuso ante al país el dolor que sintió Catamarca por aquel fenómeno. Hoy, con la noticia del sobreseimiento para los imputados, dejó un escrito en las redes en el que habla de "manoseo", "influencias" y enojo.
Hoy el Juez sobreseyó a los 13 imputados por la causa del Rodeo. La hicieron muy bien. Dilataron los tiempos, alargaron a más no poder las cosas, manosearon la causa, cambiaron de fiscal como 3 veces, las autoridades se tiraban la pelotita por que nadie quería tener la responsabilidad de imputar o sobreseer, pero claro; es fácil decidir cuando los muertos son solo números. Es fácil culpar a la naturaleza o a Dios, inclusive, cuando hay funcionarios implicados. Estamos en Catamarca. Todos se conocen entre ellos. Los que hoy ya no son funcionarios públicos tienen familiares o amigos que si lo son. Todos son comprables, influenciables... en esa tragedia perdimos familiares. Yo perdí a mi familia completa. No fue asesinato. No hay un culpable. Eso lo sé, pero si hay responsables. Hay gente que tendría que velar por nuestra seguridad, por que para eso cobran un sueldo bien jugoso, sin embargo hacen lo que les da la gana. Pasaron casi 7 años, y como ya la causa no tiene peso, como nosotros no salimos a cortar calles ni a hacer quilombo, no metemos presión ni nada parecido, la justicia se nos ríe en la cara. Vivimos en un país donde los funcionarios son intocables. En otros paises los condenan como a cualquiera. Bronca e impotencia. Me gustaría transmitirle un poquito de lo que yo sentí aquella noche al señor juez. Me gustaría que sepa de la depresión que aún hoy me devora por dentro, y con la cual lucho todos los días. Quisiera contarle lo mucho que tuve que luchar para intentar estar bien, para volver a las aulas a enseñar y estar cerca de los niños, quienes curaban mi dolor con su cariño. Cómo me gustaría que sepa que a pesar de tener muchos momentos de felicidad por haber vuelto a ser padre, jamás pude librarme de la angustia que siempre está ahí, en algún rinconcito acechando. Me encantaría que el juez que hoy hace caso omiso de las pruebas suficientes que hay para elevar la causa a juicio, supiera de qué manera deseé la muerte cuando me quedé solo, y de lo cerca que estuve en más de una ocasión, pero la misma siempre me esquivó, sin mencionar las veces que tuve la solución en mis manos, pero me faltó el valor... Me gustaría que sepa que durante las lluvias de verano no puedo dormir, y permanezco yendo y viniendo, parándome en la puerta, mirando por la ventana, con el terror de que la creciente venga por mí a terminar lo que no pudo....