Dos de los tres médicos imputados por una supuesta mala praxis que terminó con la vida de un joven que sufría de peritonitis se presentaron ayer a la mañana en Fiscalía y fueron indagados.
Según le confirmaron las fuentes consultadas a este diario, los médicos Ricardo Monferrán y Alberto Ramos se presentaron en el edificio de Junín al 600 para conocer el hecho que se les imputa y posteriormente consultarles si prestarían declaración. En ambos casos hubo abstenciones.
Por su parte, el tercer implicado, Luis Alejandro López, no se presentó pese a que había sido citado para el jueves. En ese sentido, fuentes judiciales confirmaron que la indagatoria se hará después del receso por la feria judicial invernal.
La causa es investigada por el fiscal Víctor Figueroa de la Unidad de Delitos Criminales, quien les imputó a los tres médicos el delito de "homicidio culposo". Monferrán y Ramos fueron acusados además de "falsedad ideológica de instrumento público" e "incumplimiento de los deberes de funcionario público".
Según manifestaron extraoficialmente, la fiscalía aguardará la indagatoria a López para avanzar en la causa y finalmente solicitar la elevación a juicio oral al Juzgado de Control de Garantías.
La imputación de los tres médicos tiene su raíz en la denuncia realizada el 12 de junio de 2012 por Miriam Sandoval, madre de Gustavo Ortega, un joven que murió en el Hospital San Juan Bautista tras un cuadro de peritonitis.
Ortega tenía 20 años y se presentó en el mini hospital de Villa Dolores manifestando dolores en la zona estomacal. Desde el nosocomio lo derivaron al Hospital de Urgencias, ya que según la médica que lo atendió en ese lugar padecía un cuadro de apendicitis.
Desde la madrugada del 11 de junio y hasta las 15 permaneció en el centro de salud capitalino, por lo que decidió marcharse por sus propios medios a trabajar. Tuvo una nueva recaída y lo trasladaron nuevamente al Hospital de Urgencias.
En horas de la noche su estado era crítico y tras una operación se produjo su deceso.
Un informe realizado por el equipo médico forense del Poder Judicial cordobés fue concluyente y cargó culpas por el tratamiento brindado desde el nosocomio y por la demora que existió.