Por Gabriela Nieva Larcher
Es repudiable la violencia de género ejercida por Alberto Fernández, más si tenemos en cuenta que los hechos tuvieron lugar durante el ejercicio de su función al frente de la Primera Magistratura nacional. Condenable y repudiable, sin soslayo de ningún tipo. De igual modo, son repudiables aquellos voceros del nuevo relato que buscan utilidades políticas a costa de un hecho doloroso padecido por una mujer, como tantas otras en el país.
Cuando en Argentina se registra un femicidio cada 27 horas, cuando la violencia de género es un problema estructural, resultan repelentes las expresiones de quienes han sido responsables del desmantelamiento de todos los dispositivos del Estado que articulaban respuestas al flagelo de la violencia que hoy tanto les preocupa.
Denostan al Feminismo y a sus luchas, pero le exigen respuestas que sólo pueden darlas quienes gestionan el Estado.
Las mujeres argentinas no queremos oportunismo político. NECESITAMOS Políticas Públicas Activas y Transversales. Por favor, dejen de impostar y muestren respeto por los más de 300 años de lucha que lleva adelante el Movimiento de Mujeres con conquistas de Derechos que muchas de sus lideresas pagaron con su propia vida.
