jueves 28 de marzo de 2024
Editorial

Circular, verde y sustentable

Por segundo año consecutivo se realizó en la ciudad de Córdoba la Cumbre Mundial de la Economía Circular. El concepto de Economía Circular, que hasta hace algunos años solo manejaban personas vinculadas de una u otra manera a este modelo, de a poco se va popularizando y llamando la atención, ya no solo de los expertos en la materia, sino también de organizaciones no gubernamentales y personas con responsabilidades de gobierno. De hecho, los encuentros de Córdoba son organizados por la Municipalidad de la capital mediterránea. En su primera edición, realizada el año pasado, participaron 41 países de 5 continentes y la transmisión virtual tuvo más de 3 millones de visualizaciones por las redes sociales. Este año la repercusión es aún mayor.

La Economía Circular implica un cambio de paradigma respecto del modelo actual, que representa un fracaso porque conduce a la degradación progresiva del planeta.

El concepto de Economía Circular se opone, por definición, al de economía lineal, ampliamente predominante en el mundo. La economía lineal sigue la secuencia extracción-producción-consumo y desperdicio. Como contrapartida, la Economía Circular se basa en una suerte de flujo virtuoso, al propiciar la reutilización de los residuos, que reingresan al sistema productivo. El proceso, enfocado de esta manera, tiene básicamente dos virtudes: generamos menos desechos y reducimos las acciones extractivistas que degradan los recursos de la naturaleza.

La puesta en marcha de modelos económicos sustentables tiene beneficios no solo de tipo ambiental: cada vez son más importantes los flujos de inversión hacia emprendimientos basados en el paradigma mencionado y también son cada vez más las normas que obligan a implementar este tipo de modelos. De modo que la Economía Circular que también se menciona como verde- tiene un futuro prometedor en rentabilidad y generación de puestos de trabajos. El intendente de Córdoba, Martín Llaryora, al inaugurar la cumbre sostuvo que aquellos gobernantes que no asuman el cambio a tiempo resignarán a sus comunidades al atraso y la pobreza.

Un reciente documento de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) sostiene que para desarrollar la Economía Circular en América Latina, que está bastante atrasada en comparación con los países europeos, es necesario modificar políticas públicas, la regulación, los sistemas de gestión, las inversiones, los sistemas de financiamiento, pautas aplicables en todas las etapas del modelo: la productiva, la del consumo y la de disposición final de los residuos. La transformación implica romper con la gestión tradicional de los residuos, pero también con todo un sistema productivo ya obsoleto. E involucra a autoridades, productores y también en consumidores.

El desafío es mayúsculo, pero el cambio no es una opción cuya viabilidad deba debatirse: es una única alternativa viable en el mediano y largo plazo.

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