Víctor Saldaño es el único argentino condenado a muerte en los Estados Unidos. A los 24 años asesinó a un comerciante estadounidense junto a un amigo mexicano. Lo condenaron dos veces: la primera sentencia fue anulada. Hoy tiene 44 años. En los últimas décadas intentó suicidarse tres veces y más de una vez pidió que lo ejecutaran, pero aún continúa en Texas a la espera de que hagan efectiva la pena.
Sin embargo, la suerte de Saldaño todavía puede cambiar. Este lunes su abogado Juan Carlos Vega se presentará ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para jugar su última carta. Tras el rechazo del hábeas corpus, y sin más instancias de apelación, "este es el único recurso legal internacional que queda para salvar su vida", explicó Vega.
"Lo único que queda es que Estados Unidos sea condenado por haber violado la legalidad de derechos humanos y que se ordene la reparación a la víctima, es decir, sacarlo a Saldaño del corredor", expresó el letrado, quien añadió que al condenado le correspondería ser trasladado a un hospital psiquiátrico por el grave estado de salud mental en el que se encuentra.
Acompañarán a la defensa del argentino el director de Derechos Humanos de la Cancillería, Leandro Despouy, y Javier Salgado, director de Contenciosos Internacionales del Ministerio. Esta mañana, Despouy declaró Saldaño sufre "un castigo inhumano y degradante" y adelantó que "hay gran expectativa para ver si en esta gestión hay un pronunciamiento favorable antes de diciembre".
El caso Saldaño
En junio de 1996, el argentino fue condenado a muerte por haber asesinado a un vendedor de computadoras el año anterior en Dallas.
Según argumentó la defensa del acusado, esa condena se fijó con base en criterios discriminatorios, por lo que Vega llevó el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 1999.
En 2002, la Corte Suprema de Estados Unidos declaró la nulidad de la sentencia por "discriminatoria". Dos años más tarde fue juzgado y condenado nuevamente y en 2007 la Cámara de Apelaciones de Texas rechazó un pedido de nulidad.
En más de una oportunidad Lidia Guerrero, madre de Saldaño, mantuvo reuniones con el papa Francisco. En su último encuentro con el Sumo Pontífice, le pidió que intercediera a favor de su hijo a través del presidente estadounidense Barack Obama.