"Todas las ganas de vivir eran para ver a mi nieto, que tenía seis días cuando quedé encerrado"
Jorge Galleguillos Orellana es un chileno que, a sus 56 años, se convirtió en uno de los 33 hombres en ser rescatados desde el interior de la mina al norte de Chile. Su historia y experiencia al interior de la mina junto a sus compañeros, es hoy un ejemplo de superación y trabajo cooperativo. En 2010, un derrumbe en la Mina San José, ubicada en la región de Atacama, Chile, atrapó a 33 mineros a 700 metros de profundidad. Tras 69 días bajo tierra, un rescate sin precedentes logró salvar a todos los mineros. Pasados 17 días sin que se tuviera señal de vida de ellos, un mensaje proveniente del refugio subterráneo donde se encontraban confirmó que estaban vivos, dando inicio a una operación de rescate sin precedentes que tuvo en vilo al mundo entero.
Llegado junto a la comitiva chilena que encabeza el alcalde de Copiapó, Maglio Cicardini, e invitados por el Vicegobernador Rubén Dusso en el marco de las actividades por la Semana Binacional “Catamarca–Chile 2030”, Jorge tuvo la oportunidad de contar su experiencia en una charla brindada en el Nodo Tecnológico de la Capital, así como también pudo responder luego de su intervención, algunas preguntas para la prensa.
¿Cómo era la convivencia entre ustedes dentro de la mina?
“Bueno, todo eso se hizo con respeto. Se hizo manteniendo la calma. Y de escuchar al más sabio. Pero nadie usó la gineta (cinta de capitán). Entonces eso fue lo mejor que hubo, la fe, el respeto. Eso fue lo más importante”.
¿En lo particular usted qué lo mantenía con esperanza?
“A mí, todas las ganas de vivir que tenía, era de ver a mi nieto recién nacido, que tenía seis días cuando yo quedé encerrado, y ver a mi mamá. Mi mamá ya en ese tiempo tenía alrededor de 75, 76 años más o menos. Y de verla porque también estaba medio dedicada de salud. Y que ella no me iba a ver más o yo no la iba a ver más. Pero Dios es más grande y quiso que la pudiera saludar y poder compartir varios años más con ella. Así que eso fue lo más lindo que me pasó”.
¿Una reflexión a los que hoy en día trabajan en minería?
“Que los mineros se hagan respetar y si hay alguna cosa mala hay que informarla y no dejarse pisotear. Porque también tenemos que tener un respeto nosotros como trabajadores de la minería, tenemos que tener un respeto. Y que se los respete para que la faena siga siendo sustentable y sin accidentes. Eso es lo más importante. Ojalá otros de mis compañeros también lo hagan a esto de contar su historia. Para que esto no se termine y para que los empresarios tomen conciencia de lo que pasó. Que no todo es producción, sino que también hay que cuidar la vida de los mineros”.
La operación de rescate, que duró 69 días, enfrentó desafíos geotécnicos y logísticos considerables. Finalmente, el 13 de octubre, los 33 mineros fueron rescatados uno a uno, saliendo a la superficie en la cápsula Fénix 2. El rescate fue seguido por millones de personas en todo el mundo y se convirtió en un hito en la historia de la minería y de las operaciones de rescate. Tras el rescate, los mineros fueron recibidos como héroes, y algunos de ellos recibieron homenajes y reconocimientos internacionales. Sin embargo, algunos mineros también enfrentaron dificultades, incluyendo secuelas psicológicas y problemas para encontrar trabajo en la industria minera. A pesar de esto, el evento sigue siendo recordado como un símbolo de esperanza y perseverancia, y la historia de los 33 mineros ha sido llevada al cine y a la literatura.