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Según Hawking la humanidad va en camino a ser víctima de una catástrofe causada por su propia conducta. Según él, no se trata de creer o no en que un simple evento, con una baja probabilidad de ocurrencia, como puede ser el impacto de un asteroide, pueda causar una catástrofe instantánea como la que sufrieron los dinosaurios, sino de algo más simple: de la multiplicación de daños menores que, día a día, al sumarse, crean la base de una dinámica cuyo desenlace, a largo plazo, es inevitablemente un desastre natural. Por lo tanto, también les hablaba a las generaciones futuras.
Según él, esos impactos pueden venir por causa del desarrollo de la inteligencia artificial; del cambio climático y el descontrolado crecimiento poblacional; de los virus genéticamente modificadoso de una guerra nuclear. Decía que, de no controlar el impacto de esos cambios, a la humanidad no le quedará otra alternativa que emigrar hacia otros planetas en los próximos siglos, si quiere salvarse. Así de simple.
En el año 2014 Hawking dijo que el desarrollo de la inteligencia artificial, si bien representaba una oportunidad enorme para la humanidad, también podría significar el fin de ésta. Se refería al peligro de que, con el tiempo, la inteligencia artificial pudiera llegar a igualar e incluso superar a la de los humanos y, por lo tanto, tomar decisiones propias.
Su opinión chocó con la de otros científicos más románticos, que creen que ese desarrollo traerá aparejado automáticamente un mayor crecimiento de la riqueza para la sociedad. Obviamente, estos creen que todavía tiene vigencia el paradigma bajo el cual se dio la Revolución Industrial: aquél que vendió la idea de que la máquina iba a estar al servicio del hombre. Para Hawking la perspectiva es otra. Es la preocupación de que el robot reemplace al hombre común en la fábrica, en el campo, haciéndolo redundante y generando un ejército de desocupados.
Su visión no es errada. Si nos guiamos por lo que se está experimentando hoy en día en la industria o en la agricultura gracias al avance de la automatización, y el avance científico en el campo de la genética, la situación es como una espada de dos filos. Si bien los rendimientos productivos han aumentado al aumentar la productividad y la eficiencia, lo cierto es que también el proceso va dejando millones de personas en la calle, sin trabajo y, por lo tanto, en la pobreza.
El mejor ejemplo de las consecuencias no deseadas de este proceso es el mismo EE. UU. donde, desde 1993 a la fecha, unos 5 millones de personas han perdido su trabajo en parte por la causa mencionada, en otros por la mudanza de las fábricas a países con mano de obra más barata, lo cual también fue posible por el avance de la inteligencia artificial.
Sin esta nueva variante la globalización no hubiera sido posible. Ahora, para que una fábrica funcione,ya no hace falta el hombre de oficio que antes componía necesariamente el plantel de esta. Mucho menos el peón o el operario. El robot los reemplaza a todos. Unos cuantos técnicos en programación y ya.
Las peligrosas consecuencias de esta nueva situación a nivel mundial es que trascienden hacia lo político, generando situaciones con consecuencias imprevisibles. Sin ir muy lejos, la elección de Donald Trump o el Brexit son productos de este estado de cosas. El mismo ascenso de China no hubiera sido posible si no hubieran aparecido en el horizonte las facilidades que aportó la tecnología en todos los campos, especialmente en el de la globalización, de la cual China sacó sus ventajas.
Hawking incluyó también al cambio climático como uno de los mayores riesgos para la humanidad. El conceptualizó la idea de que hay un punto de inflexión en todo proceso, superado el cual las cosas se van de control y se hace imposible revertir el mismo. Creemos que se refería obviamente a evitar en la próxima década los 2,5 o 3 grados centígrados de aumento en la temperatura media del planeta, más allá de lacual entraríamos enzona de catástrofe global e irreversible. Como sabemos, esto ya fue definido por el Acuerdo de París y Hawking consideró negativo que EE. UU. se hubiera apartado del mismo.
Pero él no estuvo solo en esta posición.Estafue apoyada por elPanel de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC) que también ha prevenido sobre el peligro de llegar a un punto de no retornoen ese proceso si la temperatura media aumenta los 2,5 o 3gradosfijados como límite.
Finalmente, este científico también incluyó al crecimiento demográfico como un peligro para el futuro de la humanidad. De seguir con la tendencia actual de crecimiento demográfico, anticipó que en 600 años la cantidad de habitantes del planeta será tanta que los seres humanos vivirán hombro a hombro uno al lado del otro y que los recursos energéticos estarán agotados. Para entonces, de no cambiar o empezar a hacerse algo ya, nuestro destino será el representado hoy por el planeta Venus, incapaz de sustentar la vida humana.
Coincidiendo con Hawking, creemos que la humanidad está viviendo dentro de una dinámica peligrosa para la cual, obviamente, no está preparada para contenerla. No es solamente la falta de una comprensión técnica del problema, perdonable en el hombre común, no en el gobernante, sino de la falta de voluntad y sentido común en la actitud de la mayoría. Lo demuestra diariamente, tanto el individuo que no se hace cargo de su realidad, como el empresario o industrial que solo piensa en sus beneficios o el gobernante que fomenta desde su función acciones demagogas para su beneficio, todo a costa del daño ambiental y social.
Lo lamentable de todo esto es que, ante la desesperación y la persistencia de un proceso conflictivo, el ciudadano termina apoyando salidas extremasque no solucionan nada, antes bien, las agravan. El populismo de derecha o de izquierda, más las autocracias y dictaduras a medias en que el mundo va cayendo por culpa de la desesperación del ciudadano, así lo demuestran. Nuestro país no ha sido la excepción.
Naturalmente, todo esto toca a nuestra realidad. De los efectos del cambio climático ya hablamos de sobra. Cada tormenta demuestra la fragilidad de nuestra infraestructura material y humana para atender emergencias.
No menos preocupante es el fomento político del crecimiento demográfico del valle central a través de programas habitacionales, que inducen el éxodo del interior y otras provincias hacia esta ciudad capital. Al ritmo actual, no es difícil imaginar lo que llegará a ser Catamarca el día que llegue a tener un millón de habitantes hacinados en el valle y con una infraestructura de servicios que en el mejor de los casos apenas alcanza para sobrevivir.
Nos preguntamos por qué no redirigir los esfuerzos habitacionales hacia el interior y tratar de generar allí las condiciones que permitan un progreso personal, en vez de generar conglomerados urbanos que terminan siendo una fuente de inseguridad para todos, como lo harto demuestran nuestras grandes ciudades.
Es sumamente preocupante imaginar en lo que puede terminar esta ciudad capital de seguir con esa dinámica y sin tener una fuente de recursos productivos que le aseguren a la gente un empleo legítimo. Porque no nos engañemos, el esquema de la dependencia del poder central, enmascarado en frases bonitas como la de “coparticipación federal, más otros “fondos” como el sojero o el tabacalero, no garantizan recursos infinitos para mantener indefinidamente el empleo estatal o al Estado como amortiguador de una crisis social.
Por otro lado, tampoco se hace nada para concientizar a la sociedad sobre el peligro de las amenazas de la naturaleza,mucho menos para prepararla para enfrentar y contrarrestar los efectos de ese cambio. Peor aún, se induce a creer, equivocadamente, que el Estado va a solucionar todo, a nivel social y personal. Las consecuencias están a la vista: una sociedad que no puede ni sabe cómoorganizarse ante un desastre,y se resigna ante los embates de la naturaleza, esperando inútilmente una ayuda que nunca le llegará.
¿Qué hubiera dicho Stephen Hawking ante nuestra realidad?