jueves 21 de marzo de 2024
Análisis

La robot Sophia y la corrupción

Por Javier Vicente- Especial para El Ancasti

Por Redacción El Ancasti

Desde hace muchos años, el desarrollo de la inteligencia artificial hace preguntarse a la humanidad si la aparición de robots cada vez más sofisticados implicará una mejora en la calidad de vida de la gente, ya que eventualmente esos humanoides harán las tareas más esforzadas o riesgosas y el humano podrá descansar mientras tanto, o si, entre otras consecuencias, su desarrollo redundará en una alta tasa de desempleo, ya que se va haciendo habitual en las industrias pero también en el sector de comercio y de servicios el hecho de que se incorpora al proceso productivo y comercial a máquinas que terminan realizando el trabajo de varias – o muchas – personas …

La literatura, la radio, el cine y la tv abundan en historias protagonizadas por estos humanoides, con verdaderos clásicos, entre los que vale mencionar como homenaje a todos los demás, a “2001, odisea del espacio” del genial Stanley Kubrick, y “Blade Runner”, protagonizada por el aún vigente Harrison Ford y dirigida por Ridley Scott. En ellas se juega con la “rebeldía” de máquinas que han sido diseñadas para ciertos fines y deciden dedicarse a otros, y asoma en ellas la impotencia de no poder sentir como los humanos y el “dolor” que ello les ocasiona …. Poéticas situaciones que, llevadas a los hechos concretos, implican un riesgo cierto para los humanos, ya que, como queda dicho, esa rebeldía los encamina a actividades muy distintas de aquellas para las que han sido creados.

El Futuro de la Clase Media ante la Globalización

Una compañía con base en Hong Kong desarrolló al que parece el más avanzado y sorprendente replicante, al menos hasta hoy.  Se llama Sophia y fue activado en 2015. Como casi todo el mundo sabe, el significado del nombre Sofía proviene del griego y significa “sabiduría”. Su nivel es sorprendente. Como puede verse en Wikipedia, Sophia tiene inteligencia artificial, procesamiento de datos visual y reconocimiento facial. Tambien imita gestos humanos y expresiones faciales, contesta preguntas y mantiene conversaciones. Así, ha sido partenaire de discusiones con el famoso entrevistador Charlie Rose. Si el lector desea hacerse una idea cabal del nivel extraordinario de este androide puede hacerlo a través de varias notas publicadas en Youtube. 

A Sophia le fue concedida en octubre de 2017 la ciudadanía saudí, convirtiéndose así en el primer robot en tener una nacionalidad. Esto provocó controversia entre los expertos que se preguntaron si esto implicaría que Sophia podría votar o casarse, o si una desconexión deliberada del sistema podría ser considerada asesinato. 

Pero la anécdota graciosa de hoy tiene que ver con la entrevista que mantuvo Sophia en Ucrania, sede de la cumbre económica de Davos. Interrogada sobre distintos temas, demostró su habitual desenvoltura. Pero consultada sobre qué había que hacer con la corrupción en ese país, “se le estropeó el script y se bloqueó el procesador”, según informó una autoridad local.

Usuarios de redes sociales bromearon entonces con el colapso de la robot y así, por ejemplo, uno de ellos expresaba: “si le preguntaran sobre la corrupción en México le saldrían chispas por las orejas y le explotarían los ojos”….

Uno se queda pensando qué ocurriría si se le preguntara sobre el mismo tópico en relación a la Argentina. ¿Quedaría petrificada, como en Ucrania?, o contestaría: "si quieres saber más sobre la corrupción en la Argentina, dame diez mil dólares y te contesto”… 

Los grandes Bradbury o Philip Dick tendrían con este tema, seguramente, materia más que abundante para sus fantasías tan cercanas a la realidad.
 

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