Desde Guatemala, el catalán denunció el racismo, el autoritarismo y la indiferencia frente al dolor ajeno.
“Me retiré de los escenarios, no de cantar, estar vivo y participar de las cosas”, dijo Joan Manuel Serrat en su reciente visita a Guatemala, donde participó del festival literario Centroamérica Cuenta. Ante un auditorio colmado, el músico catalán repasó su vínculo con la poesía, criticó la xenofobia europea y alertó sobre el avance de la extrema derecha.
En diálogo con el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, Serrat dejó varias frases que confirman su vigencia como figura pública y como referente moral: “El Mediterráneo se ha convertido en una fosa común de personas”, advirtió con dolor. Y subrayó que nadie abandona su tierra por gusto: “La gente se va porque no tiene otra salida, porque su casa ya no existe, porque vive en un infierno”.
Para Serrat, los responsables están claros: “Europa y los países poderosos tienen una gran responsabilidad en la crisis migratoria. Han ido a buscar las riquezas a esos países sin importarles matar, montar guerras, dejar esos territorios en ruinas. Y cuando esa gente quiere venir a sobrevivir, mezquinamente les niegan el espacio”. En ese contexto, lanzó su frase más filosa: «El migrante jamás ha sido un problema, el problema es la caza de brujas que ha lanzado la derecha.”
Joan Manuel Serrat: “Los migrantes jamás han sido un problema, el problema es la caza de brujas que ha lanzado la derecha.
También se refirió al avance del autoritarismo: “En tiempos de crisis, dificultades y desconfianza hacia las instituciones, aparecen fuerzas redentoras de la patria que tratan de sacar tajada. Los demócratas debemos estar atentos. No podemos ceder ni un palmo de libertad”.
Serrat aclaró que no piensa escribir sus memorias: “Prefiero dedicarme a lo que queda de mi vida en defensa de mi familia, de mi gente, de mi pueblo. Y, sobre todo, en defensa propia”.
