El RIGI debilita la producción nacional: ya hay suspensiones y casi el 16% de las empresas reportó despidos
Según un informe empresario, el RIGI otorga seguridad jurídica a los grandes inversores, pero la quita a quienes vienen apostando hace años al desarrollo local.
El entramado industrial que rodea al desarrollo de Vaca Muerta atraviesa uno de sus momentos más delicados. Según el último informe del Grupo Argentino de Proveedores Petroleros (GAPP), más del 75% de las pymes del sector trabaja con al menos un 25% de su capacidad productiva sin utilizar, en un contexto de paralización parcial de obras, renegociaciones contractuales difíciles y fuerte presión sobre los costos.
El director ejecutivo del GAPP, Leonardo Brkusic, advirtió que las empresas transitan “un valle de actividad” que podría extenderse al menos seis meses más. “Algunas firmas ya registran suspensiones y cerca del 16% reportó despidos. Para el segmento industrial pyme, los despidos son una señal: en general, son industrias que no despiden gente. El último recurso es despedir”, subrayó.
Brkusic explicó que el freno en la actividad responde a una “conjunción de factores” que afectan tanto al mercado convencional como al no convencional. “El convencional representaba hace poco el 50% del mercado, pero muchas operaciones quedaron en stand-by. Hoy nuevos actores están revisando costos. En tanto, el no convencional requiere inversiones muy grandes y una baja de costos muy agresiva”, detalló.
Aunque las perspectivas de largo plazo para la industria energética son positivas, el dirigente reconoció que el presente es desafiante. “Quizás no todos lleguen en buena salud”, advirtió, aludiendo a las dificultades financieras que enfrentan las pymes proveedoras.
El Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), impulsado por el Gobierno nacional para atraer capitales extranjeros, genera preocupación entre los proveedores locales. Según Brkusic, el esquema “facilita la importación de plantas modulares completas”, lo que desplaza la producción de bienes y servicios nacionales.
El ejecutivo remarcó que el régimen otorga seguridad jurídica a los grandes inversores, pero la quita a quienes vienen apostando hace años al desarrollo local. “El RIGI cambia las condiciones per se. Brinda seguridad a una parte de la cadena, pero destruye a otra”, sostuvo.
Además, alertó sobre la competencia desleal que genera la importación de productos industriales extranjeros: “Mandarnos a competir mano a mano con un producto chino es complejo. Incluso se habilita la importación de materiales usados. Eso no resiste análisis”.
De cara al futuro, el titular del GAPP pidió una mirada macroeconómica que contemple las necesidades de las pymes y promueva su participación en los grandes proyectos de energía y minería. “Las pymes sufren las mismas condiciones macroeconómicas que las grandes empresas. Esta oportunidad histórica con Vaca Muerta y otros sectores debe ser aprovechada para generar trabajo y desarrollo nacional”, señaló.
Brkusic destacó que el segmento de pymes proveedoras genera más empleo que las grandes operadoras combinadas, un dato que, según él, “a veces no se visualiza”. Finalmente, defendió la necesidad de mantener las capacidades tecnológicas locales frente a la apertura del mercado: “Argentina tiene algo que no muchos países tienen: tecnología petrolera propia. Si la sostenemos, podremos desarrollar otros proyectos, como el hidrógeno o nuevas energías. Países líderes como Estados Unidos están volviendo a privilegiar la industria local. Nosotros también debemos hacerlo”, concluyó.