Vecinos de Fiambalá reclaman por daños en sus viviendas
Denuncian que el tránsito constante de vehículos pesados hacia una cementera provoca grietas y riesgo de derrumbes en casas.
El reclamo vecinal en Fiambalá volvió a hacerse visible. En el barrio Juan Manuel Salas, los vecinos interrumpieron el paso de camiones de gran porte que transportan puzolana, una arena especial utilizada para la fabricación de cemento, con destino a una cementera de la ciudad de Frías (Santiago del Estero). La medida se realizó lunes y martes en la principal arteria del barrio, de forma selectiva y pacífica, permitiendo el tránsito de autos particulares, pero impidiendo la circulación de los vehículos pesados que -según denuncian- generan serios daños estructurales en las viviendas.
Los habitantes sostienen que el paso constante de estos camiones agrietó paredes y pisos, afectó espacios comunitarios y puso en riesgo la seguridad de las familias. “Hace mucho que venimos reclamando sin respuesta. Nuestras casas son de adobe, se están partiendo y corren peligro de derrumbarse”, expresó Berta Bayón, vecina del sector.
La mujer relató que durante el corte se hicieron presentes efectivos de la Policía, Gendarmería y autoridades de Minería, quienes mantuvieron la calma en el lugar y dialogaron con los vecinos. “Todo fue tranquilo hasta que llegó el señor Longo, que se presentó como dueño de los camiones, junto con el comisario. Nos dijeron que detener los vehículos era un delito y que podían llevarnos presos. Nos sentimos amenazados, solo queríamos que viniera la dueña de la empresa a dar explicaciones”, relató.
La empresa San Francisco, con sede en Belén, es la responsable del traslado del material hacia Santiago del Estero. Según los vecinos, la propietaria se había comprometido a asistir a una reunión. “Esperamos que venga, que vea los daños y se comprometa a darnos una solución. No queremos conflictos, queremos respuestas”, añadieron.
Los vecinos sostienen que los camiones circulan fuera del horario autorizado por la normativa minera, incluso de madrugada, lo que agrava la situación. “Pasan a las dos o tres de la mañana. Se supone que solo pueden transitar hasta las 19, pero no cumplen”, advirtieron.
Además, cuestionan la falta de mantenimiento de las calles, lo que intensifica la vibración de los suelos al paso de los vehículos pesados. “Cuando el camino está en mal estado, el movimiento es mucho más fuerte. Las paredes tiemblan como si fuera un sismo”, explicaron.
El reclamo también alcanza a otros sectores cercanos, como Pampa Blanca y Saujil, donde los camiones realizan parte del recorrido. Los vecinos de esas zonas manifestaron su apoyo al corte y anticiparon que podrían sumarse a las medidas si no hay soluciones concretas.
Durante la protesta se hizo presente la jefa de Minería, Paola Chayle, quien constató que los camiones no debían circular en ese horario y ordenó que permanecieran detenidos hasta el día siguiente. “Se quedaron allí con custodia, porque ya no era horario de tránsito permitido”, confirmaron los vecinos. Sin embargo, denuncian que luego uno de los empresarios presionó al personal técnico para que liberara los vehículos, lo cual habría sido registrado en videos como prueba de los hechos.
Los habitantes reclaman además que se aclare quién otorgó la autorización para que los camiones circulen por el interior del barrio. “Queremos ver el permiso por escrito. Dicen que fue el municipio, pero desde la comuna aseguran que no firmaron nada. No puede ser que nadie se haga cargo”, insistieron.
El deterioro no afecta solo a las casas particulares: el playón deportivo del barrio, ubicado junto a la posta sanitaria, también presenta grietas profundas y riesgo de derrumbe. “Está partido de punta a punta. No se puede usar porque se puede caer una pared en cualquier momento. Los chicos no pueden jugar ahí”, lamentó Bayón.