Paulo Domingo Silva (32), el empleado del Correo Argentino imputado en la causa de las tarjetas clonadas, recuperó la libertad. Estaba detenido en el Servicio Penitenciario Provincial (SPP) de Miraflores, en el departamento Capayán. Según la información a la que pudo acceder El Ancasti, el sujeto salió del encarcelamiento puesto que se había vencido el plazo de la prisión preventiva. El pasado 5 de abril, a Silva le dictaron prisión preventiva por un plazo de 20 días, tal como lo había dado a conocer este medio en aquella oportunidad. El 21 de abril, se retiró de la cárcel de Miraflores.
Fuentes judiciales informaron a este diario que, por ahora, cesó el peligro procesal. Esto se debe a que el fiscal de Instrucción Nº7, Alejandro Gober, obtuvo las pruebas que precisaba para la investigación. En este sentido, el fiscal avanzó con la visualización de una computadora, celulares y otros dispositivos que estaban secuestrados. También se conoció que el titular de la Fiscalía Nº7 recibió documentación por parte del Correo Argentino, la empresa para la que trabajaba el acusado. Además, el fiscal Gober ordenó que a Silva se le realice la pericia psiquiátrica. Aunque se encuentra libre, continúa ligado a la investigación. Por este motivo, debe presentarse semanalmente en el edificio de Fiscalía General.
Pedro Vélez, abogado defensor de Silva, indicó a este diario que su asistido contribuyó en todo momento durante la investigación, que todavía sigue en curso.
Caso
El 3 de marzo se realizaron allanamientos y un registro domiciliario en comercios y viviendas ubicados en los departamentos de Valle Viejo, Capital y Fray Mamerto Esquiú, donde personal de la División Ciberdelitos de la Policía desbarató una banda que clonaba tarjetas de crédito y débito.
En la oportunidad, Silva fue arrestado junto a otros hombres, quienes luego recuperaron la libertad.
La investigación se abrió hace más de cuatro meses, cuando ciudadanos denunciaron que en los resúmenes de sus tarjetas de crédito les figuraban operaciones que ellos no habían realizado. La causa recaló en la Fiscalía N°7, a cargo de Alejandro Gober y la pesquisa determinó que una persona se dedicaba a “clonar” las tarjetas con las que luego efectuaban las operaciones.
Según pudo averiguar este medio, la denuncia de los usuarios damnificados fue la punta del ovillo. La División Ciberdelitos, bajo las órdenes del fiscal Gober, comenzó con las primeras averiguaciones.
De acuerdo con las denuncias, en los resúmenes bancarios figuraban pagos de impuestos y de servicios por lo que la pesquisa llegó hasta el ARCA y la EC SAPEM, quienes aportaron datos para tratar de seguir las pistas. Con la información brindada por estos organismos, se conoció, por ejemplo, que había pagos del Impuesto Automotor a vehículos que no pertenecían a los damnificados.
La investigación se orientó hacia los puntos en los que se hacían estos pagos de servicios y tras ser identificados los sospechosos, Ciberdelitos le facilitó la información a la Fiscalía, que pidió al Juzgado de Control de Garantías de turno que ordene los allanamientos.
Durante la investigación surgió el nombre de un empleado del Correo Argentino: Silva. En su domicilio se encontraron doce bolsones del Correo Argentino en los que había correspondencia. Al ser abiertos por personal de Ciberdelitos, encontraron un importante número de tarjetas de débito y de crédito, además de otras documentaciones que no eran entregadas a los usuarios.
Según surgió de la investigación, las tarjetas eran extraídas cuidadosamente de los sobres en los que eran enviados. Eran clonadas y nuevamente colocadas en la correspondencia. Las tarjetas clonadas luego eran las empleadas para concretar operaciones por montos inferiores.
Un dato que despertó la atención de los investigadores es que Silva habría tenido contactos con bandas de provincias de Córdoba y Tucumán, a las que les vendía los datos.
Por esa razón es que la Fiscalía ordenó el secuestro del teléfono celular de Silva.
El fiscal Gober imputó a Silva por el delito de “estafa cometida mediante el uso no autorizado de los datos de una tarjeta de débito, continuada y en calidad de partícipe primario”.
Modus operandi
Silva reconoció los hechos que le endilgó el fiscal Gober y detalló de qué manera funcionaba la organización delictiva.
En los primeros días de la investigación, Silva optó por guardar silencio. Luego, en las semanas siguientes, declaró y hasta amplió su versión de los hechos en la indagatoria. El acusado aseguró que está arrepentido y se mostró dispuesto a colaborar con la Justicia para que se esclarezcan los hechos.
Silva mencionó que hace once meses atrás un hombre lo abordó cuando ya se había retirado de la sucursal del Correo Argentino ubicada en Piedra Blanca, en el departamento Fray Mamerto Esquiú. Este hombre se aproximó hacia Silva y le consultó si quería “trabajar” con él. Además, le aseguró que lo podía hacer “ganar” plata.
En esa circunstancia, Silva y el hombre intercambiaron sus números de celulares para poder comunicarse por WhatsApp. Una vez que empezaron a conversar, el hombre le manifestó al empleado del Correo Argentino que podía obtener dinero si le conseguía personas que quisieran pagar impuestos. Silva y el hombre tenían una propuesta para los usuarios que debían abonar diferentes servicios: pagar una cifra inferior a la debida. De esa manera, una vez que se materializaba el pago, Silva recibía una comisión por haber “acercado” a esas personas.
A los días, este hombre le preguntó a Silva si había conseguido personas que quisieran realizar el pago de los servicios con la modalidad mencionada. El trabajador del Correo Argentino respondió afirmativamente.
A partir de ahí, el sujeto comenzó a pedirle a Silva que abra los sobres que debía repartir a diferentes personas. También le solicitó que le envíe fotos de las tarjetas de débito y crédito que había en los sobres, todo esto a los fines de realizar pagos de servicios y compras.
Silva manifestó que él aceptó hacer esto que le habían pedido. Desde entonces, hizo gestiones para que personas abonen sus boletas de impuestos con la modalidad que él y el otro hombre proponían. A la vez, inició con la apertura de sobres y el envío de las fotos de las tarjetas por WhatsApp. Después, Silva se ocupó de cerrar los sobres y entregarlos a las personas que les correspondía. Esto sucedió hasta el 3 de marzo, día en que fue arrestado y quedó en calidad de detenido.
Silva indicó que él quiso dejar de participar en esta organización, pero aseguró que el hombre lo obligaba a continuar.
Por otra parte, detalló que quienes querían pagar los impuestos debían realizar la transferencia del dinero a la cuenta bancaria del otro hombre.
Según la información a la que pudo acceder este medio, desde Fiscalía solicitarán a la Justicia Federal que investigue los delitos de falsificación de moneda por equiparación y violación de secreto.