lunes 16 de junio de 2025
Editorial

Riesgos para el desarrollo humano

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó su último informe sobre América Latina con conclusiones que advierten sobre riesgos para los países que integran la región y plantean una desaceleración de los indicadores. El nuevo estudio, presentado la semana pasada, señala que la incertidumbre, las crisis recurrentes, la veloz evolución de las tecnologías, la profunda fragmentación social y un clima cada vez más cambiante ejercen presión y desaceleran el desarrollo de América Latina y el Caribe. El PNUD mide el Índice de Desarrollo Humano, que es un indicador que permite medir el bienestar general de una población de un modo más eficiente que métodos tradicionales, que se basan fundamentalmente en factores económicos, como el ingreso o la riqueza, pues incorpora subindicadores de tipo social. Se construye a partir de tres componentes, que son Salud (a través básicamente de la esperanza de vida al nacer), Educación (mediante los años de escolaridad) y el Nivel de Vida (medido por el Ingreso Nacional Bruto per cápita).

La situación de la Educación y la Salud pública viene en un franco deterioro por la desinversión del Estado en ambos sectores. La situación de la Educación y la Salud pública viene en un franco deterioro por la desinversión del Estado en ambos sectores.

En América Latina hubo avances significativos en la evolución del índice en los primeros años de este siglo, pero se registra una desaceleración a partir de 2015. El estudio lo resume de la siguiente manera: “los patrones seguidos por el desarrollo regional durante las últimas décadas pueden resumirse en cuatro premisas simples: se han logrado avances significativos; ese progreso ha sido desigual; se ha desacelerado en los últimos años; y es vulnerable a retrocesos”. El administrador del PNUD, Achim Steiner, señala que “la forma en la que se ha construido el desarrollo humano en América Latina y el Caribe no ha demostrado ser resistente frente a los shocks. En tiempos de crisis, el andamiaje cede. Hoy, la región navega por un escenario marcado por la incertidumbre”.

Argentina ostentaba en 2023 el puesto 47 entre 193 países en el ranking global del Índice de Desarrollo Humano (IDH). En América Latina ocupa el segundo lugar después de Chile y un poco más arriba de Uruguay. La buena ubicación de nuestro país se explica por los valores altos en Educación y Salud, donde el rol del sector público ha sido central, aunque empeora cuando se analizan los indicadores económicos. No se conoce aún el ranking actualizado, pero Argentina corre riesgos de tender a la baja porque la situación de la Educación y la Salud pública viene en un franco deterioro por la desinversión en ambos sectores y la economía, si bien se advierte una precaria estabilidad macroeconómica sostenida en base a un creciente endeudamiento, continúa con muchos de sus problemas estructurales.

De modo que es preciso, para mejorar el desarrollo humano de los argentinos, que se adopten políticas públicas orientadas a mejorar la actividad económica y la redistribución del ingreso, del mismo modo que fortalecer la calidad educativa y la consistencia del sistema estatal de salud.

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