viernes 11 de julio de 2025
La Iglesia analizó la problemática

Preocupa el consumo de drogas y la falta de apoyo a las familias

El diácono Sergio Colosimo dijo que cada vez más familias se acercan a pedir ayuda porque se ven desbordadas.

El diácono Sergio Colosimo, a cargo de la Pastoral de Adicciones de la Diócesis de Catamarca y del centro de rehabilitación Cenáculo, viene advirtiendo que en Catamarca existe un incremento en el consumo de sustancias y una baja en la edad de inicio, barrios donde niños de 8 y 9 años jalan pegamento, donde familias están desbordadas por no saber que hacer y donde el Estado llega cada vez menos. De igual manera a nivel nacional y en el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que se conmemora hoy, la Conferencia Episcopal Argentina expresó mediante un documento su preocupación por el crecimiento del narcotráfico en los barrios más vulnerables del país y reclamó una mayor presencia y apoyo del Estado en la prevención y atención de las adicciones.

En el caso de Catamarca, fue Colosimo quien nuevamente habló sobre el flagelo y del que mediante el Cenáculo se ocupan desde hace años.

“El problema del consumo se está agravando. En narcotráfico entendemos que aquí en la provincia se trabaja para combatirlo. El problema es que muchos jóvenes persiguen la ilusión de encontrar en el consumo de drogas una anestesia de la angustia y la falta de sentido. Entonces, el tema está en trabajar en eso, en la prevención, en ayudar a que, primero, que nadie entre y, segundo, los que han entrado, que salgan”, fue claro.

Recordó que en la provincia existen dos dispositivos: el Hogar de Cristo en el sur de la ciudad, que sí tiene un aporte de la Sedronar, y la comunidad Cenáculo, Camino a El Rodeo, que se sostiene por la providencia, donde no tienen aportes económicos externos y con el agravante de que Sedronar está retrasado en la ayuda.

“Generalmente son las mamás, las abuelas, las tías, las que se acercan a pedir ayuda, porque se ven desbordadas. No saben cómo manejar la situación y, por otro lado, se dan cuenta o intuyen de que la cosa se va agravando. Entonces, normalmente lo que hacemos es convocar a las personas que están en consumo, evaluar la situación y derivar a los lugares donde pueden recibir ayuda sistemática.

En concreto, ahora estamos acompañando una institución que se llama Corazones Rotos, que a partir de una persona que ha estado en esta situación de consumo está queriendo hacer algo por estos chicos. Esto se da en el barrio Antinaco; es una iniciativa que a nosotros nos alienta porque justamente me parece que la cuestión es que la comunidad se organice, que la sociedad tome conciencia, que busque caminos de salida. Por eso me parece que esa iniciativa puede dar fruto y la estamos acompañando”, precisó.

De igual modo, dijo que los chicos están mucho en las calles y desde lo 8 años consumen; cuando son adolescentes consumen alcohol y luego pasan a drogas más fuertes, donde tienen mucho que ver las cuestiones familiares, económicas, de educación.

“Cuando la situación económica es compleja, probablemente los padres tengan que salir a trabajar más, están menos en la casa, los chicos andan más a la deriva. En los adolescentes más grandecitos no ven perspectivas de futuro, entonces no encuentran sentido a la vida, tratan de buscar anestesia a la angustia, a lo que se viene porque lo ven como complicado. Uno por ahí no logra dimensionar los riesgos a los cuales se exponen chicos que por ahí están en una situación de consumo de estupefacientes de manera vulnerable. No digo la integridad solo física, sino la integridad sexual en muchos casos”, lamentó.

Comunicado

La Conferencia Episcopal Argentina expresó su preocupación por el crecimiento del narcotráfico en los barrios más vulnerables del país y reclamó una mayor presencia y apoyo del Estado en la prevención y atención de las adicciones.

A través de un comunicado difundido el 23 de junio, el organismo que agrupa a los obispos católicos del país advirtió que la retirada del Estado de los sectores más afectados por la pobreza facilita el avance de las redes de narcotráfico, que ocupan ese vacío y se constituyen en una suerte de “Estado paralelo”.

Según la Iglesia, en estos contextos los jóvenes son especialmente vulnerables, ya que el narcotráfico les ofrece alternativas de vida que, aunque parecen mejores en lo inmediato, terminan por arrebatarles su dignidad, libertad y, en muchos casos, la vida.

El documento, firmado por el presidente de la Conferencia Episcopal, Marcelo D. Colombo, junto con otros miembros de la Comisión Ejecutiva, subraya que el consumo de drogas representa una “herida profunda” en el corazón de la juventud, especialmente entre quienes viven en condiciones de extrema pobreza. Los obispos sostuvieron que la droga “mata por dentro, apaga la esperanza y corta proyectos”, y llaman a no naturalizar esta realidad.

Seguí leyendo

Te Puede Interesar