El domingo 10 de septiembre de este año, Miguel Ángel Ferreyra (28) recibió una puñalada en su pecho que terminó con su vida. Ocurrió en el barrio 140 Viviendas, ubicado en el departamento Valle Viejo. Según la investigación que lleva adelante el fiscal de Instrucción Nº 2, Laureano Palacios, Mónica Murúa se encargó de disminuir la defensa de Ferreyra y, tras esto, Jorge Castro se aprovechó de la situación y le dio el puntazo fatal a la víctima con un cuchillo tipo carnicero.
Pero, ¿cómo fueron los momentos previos? Ese día, pasadas las 10.15, Ferreyra se encontraba reunido con más de tres hombres tomando bebidas en la vía pública, sobre la calle pública sin nombre en intersección con la calle José Luis Galarza, a orillas del “canal de la muerte”, en el barrio mencionado.
En ese momento, Castro se hizo presente en el lugar. Llegó a bordo de una motocicleta Yamaha Crypton, de color rojo. Allí, Castro y Ferreyra mantuvieron una discusión. Esto sucedió porque Ferreyra acusaba a Castro de haberle sustraído un casco que era de su propiedad. Tras la discusión, se inició una pelea a puños entre ambos. El combate fue apaciguado por Jonathan Agüero, uno de los hombres que estaba compartiendo bebidas con Ferreyra. Agüero separó a Castro y Ferreyra.
Luego de esta situación, Castro se dirigió caminando hasta su casa, que está situada en el Loteo Jalil, a unos 300 metros de la escena del crimen. A los pocos minutos, Castro volvió al lugar del hecho acompañado por Murúa, quien es su madre. Iban en busca de Ferreyra. Castro llevaba una pala en una mano y dos cuchillos en la otra. Murúa, por su parte, tenía un látigo de cabo de madera con tiras de cuero.
Al encontrarse con Ferreyra, Murúa lo insultó y lo incitó a pelear. También empezó a aplicarle varios golpes con el látigo a Ferreyra y a Agüero. Agüero, por su cuenta, intentaba retirar a Ferreyra del lugar colocando su moto en el medio para evitar las agresiones hacia Ferreyra, mientras retrocedían. Ferreyra lo hacía a pie y Agüero a bordo de la moto, con la intención de evitar los ataques de Castro y Murúa.
En ese trayecto, a Castro se le cayó un cuchillo. Seguidamente, Castro y Murúa agredieron a Ferreyra. Castro lo golpeó con la pala y Murúa con el látigo. Para la investigación, Murúa tuvo intenciones de cooperar con Castro, a sabiendas de que su hijo tenía un arma blanca. En este sentido, Murúa disminuyó la defensa de Ferreyra y, tras esto, Castro aprovechó que estaba en ventaja y le asestó la puñalada a Ferreyra con el cuchillo tipo carnicero, todo esto de acuerdo con la información que surgió de la pesquisa.