El caso Garabedian sentó un precedente en relación con los casos de violencia contra la mujer y de salud mental. “Soy inocente. Justicia por todos los hombres que están mal acusados”, expresó Barros en las fueras de la sala de debates de la OGA.
El caso Garabedian sentó un precedente en relación con los casos de violencia contra la mujer y de salud mental. “Soy inocente. Justicia por todos los hombres que están mal acusados”, expresó Barros en las fueras de la sala de debates de la OGA.
“Su madre falleció. Quedó registrado que fue un fallo del sistema. Asistí todo lo que tenía que hacer. Nunca me desobligué de nada. Hasta el día de hoy sigo haciéndolo con mis hijos”, aseguró.
Barros solicitó que se tenga consideración para con su familia. Aseguró que tras la muerte de Liliana, su familia –sus dos hijos, niños por entonces y hoy, jóvenes- quedó destruida pero, pese a la adversidad, se trató de armar.
“Cuando mi esposa fallece, mi familia se rompió. Tratamos de sobrevivir estos 15 años rotos y hoy nos terminaron de romper completamente. Ahora mis hijos se quedan sin su padre. Mi hija tiene el mismo problema que su madre y yo soy su único sostén emocional que la mantenía bien. Hoy se terminó. ¿Quién va a ser la persona que se ocupe de mis hijos como yo? Su abuela nunca vino a querer ocuparse de mis hijos, ni siquiera a ocuparse de su hija. Pedí ayuda; no me callé nunca. Pedí ayuda en Catamarca y a diferentes personas, a mi suegra y a mi cuñada, pero no recibí ayuda. Siempre estuve solo. Al contrario de ayudarme, me acusaron siempre”, expresó.
Al finalizar el debate, el abogado de la querella se acercó al banquillo de los acusados y saludó a Barros. A pesar del contexto, Barros respondió al saludo y dejó en claro que no había rencores; reconoció que Sarquís cumplía con su trabajo.
“Estoy tranquilo y trato de estar fuerte. Voy a seguir hasta las últimas consecuencias para que se sepa la verdad. Esto no es justicia. Esto no va a quedar acá. Lo que me pasa a mí, seguramente hay muchas otras personas como yo que por silencio, vergüenza o por ser hombre callan. Soy una buena persona. Me callé 15 años y ya es suficiente. Alguien tiene que levantar la voz. Me juzgaron más por sentimiento que por las pruebas que había. No me parece justo lo que pasó”, sostuvo.
Luego de conocerse el veredicto, el abogado querellante comentó que la Justicia habló. “Fue un proceso muy largo y muy duro para todos. No va a satisfacer a la querellante el monto de la pena. Perdieron a una hija, una hermana o una amiga. Un poquito de justicia arrima entre tanta oscuridad y tanta lucha. Cerrar esta causa con una responsabilidad penal considero que algo se ajusta a derecho”, sostuvo.
Los hijos de Barros, acompañados por familiares y amigos, estuvieron en todo momento. En la vereda de la OGA, con carteles, manifestaron su apoyo.
“Estoy apoyando a mi papá y mi hermana también. A nosotros no hace falta que nos digan algo o nos influencien con un discurso. Nosotros vivimos la verdad; no nos dijeron la verdad, la vivimos en carne propia. Sabemos cómo son las cosas. Que sea lo más justo posible”, expresó el hijo mayor.
Su hermana, adolescente, deslindó responsabilidad en su abuela maternal.
“Mi mamá Sonia Liliana Garabedian estaba a cargo de Leonilda Carrizo y aún así apareció muerta. Quiero una explicación de eso. No escuché que nadie le dijera nada ni que la hayan juzgado. Ella estaba a cargo y apareció muerta”, remarcó.
El joven Barros respondió públicamente a las personas que cuestionaron a su padre, por cómo ejerció su defensa. “Siempre sos inocente hasta que se demuestre lo contrario. Siento que esta vez no fue así”, dijo. Su hermana agregó que no hubo pruebas que demostraran su responsabilidad. “Nosotros no tuvimos en cuenta ninguno de los indicios de prueba que tuvieron ellos porque no hay pruebas concretas. No hay nada concreto. Hasta que no aparezca una prueba concreta no hay nada confirmado. Lo juzgaron más por su género que por lo que dijeron. No sé dónde están las pruebas que dicen tener para confirmar que fue verdad. Yo sé bien cuál es mi verdad”, aseguró su hija.
Sobre vínculo con su abuela materna, la joven aseguró que ni ella ni su hermano tienen interés en tener contacto con ella. “Puede hacer lo que quiera para acercarse, pero nunca le vamos a abrir las puertas”, expresó.